viernes, 5 de septiembre de 2014

Vivo aquí, en esta casa sin número

FRANCISCO GANDOLFO

(Argentina, Córdoba, 1921- Rosario, Santa Fe, 2008)

Mi dirección

Vivo aquí, en esta casa sin número
junto al fresno donde pían los gorriones, al otro lado del tilo donde duermen
los hijos de la calandria, quien les canta
para que se despierten y salgan a comer,
y nuevamente les canta y les habla
amorosamente cuando vuelven,
para que se acomoden a dormir.
**
Jubilados

Pedí turno a mi médico de cabecera
porque se me trastornó la cabeza
de tanto usarla para la poesía.

En la sala éramos muchos,
todos hablaban al mismo tiempo
quejándose de todo, pero yo no podía
porque mi cabeza no estaba bien.

Pensaba en estos versos de García Lorca:
“Noche de torsos yacentes
y estrellas de nariz rota
aguarda grietas del alba
para derrumbarse toda”.

Ese era mi ánimo, y un poco también
el de La metamorfosis de Kafka,
pero no en el sentido de transformarme en bicho,
sino en haberle perdido a mi mujer
el flamante carnet con que ella
cobra su jubilación.

De Versos de un jubilado. Ediciones Iván Rosado, 2013.
(Cortesía de Julia Enriquez)

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char