(Argentina, Córdoba, 1921- Rosario, Santa Fe, 2008)
Mi dirección
Vivo aquí, en esta casa sin número
junto al fresno donde pían los gorriones, al otro lado del tilo donde duermen
los hijos de la calandria, quien les canta
para que se despierten y salgan a comer,
y nuevamente les canta y les habla
amorosamente cuando vuelven,
para que se acomoden a dormir.
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Jubilados
Pedí turno a mi médico de cabecera
porque se me trastornó la cabeza
de tanto usarla para la poesía.
En la sala éramos muchos,
todos hablaban al mismo tiempo
quejándose de todo, pero yo no podía
porque mi cabeza no estaba bien.
Pensaba en estos versos de García Lorca:
“Noche de torsos yacentes
y estrellas de nariz rota
aguarda grietas del alba
para derrumbarse toda”.
Ese era mi ánimo, y un poco también
el de La metamorfosis de Kafka,
pero no en el sentido de transformarme en bicho,
sino en haberle perdido a mi mujer
el flamante carnet con que ella
cobra su jubilación.
De Versos de un jubilado. Ediciones Iván Rosado, 2013.
(Cortesía de Julia Enriquez)
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