Sabe reír. En medio
del dolor se ríe
y juega.
En medio del dolor
habla claro,
cuenta que todo es simple y claro:
un cuerpo, un mueble, las personas
que miran, hacen,
juegan;
asusta
su buen humor
para todo, su fastidio
por la ambigüedad.
Sabe reír:
«Nunca hubo ninguna cosa buena (el
sol, la gente) que
no estuviese compensada
con el dolor,
y al revés
por qué no al revés», dice.
Para Hebe Uhart
del dolor se ríe
y juega.
En medio del dolor
habla claro,
cuenta que todo es simple y claro:
un cuerpo, un mueble, las personas
que miran, hacen,
juegan;
asusta
su buen humor
para todo, su fastidio
por la ambigüedad.
Sabe reír:
«Nunca hubo ninguna cosa buena (el
sol, la gente) que
no estuviese compensada
con el dolor,
y al revés
por qué no al revés», dice.
Para Hebe Uhart
De El mundo incompleto,
Libros de Tierra Firme, 1987.
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