domingo, 19 de abril de 2009

Nadie pretende sobrevivir


Poemas de MARIÓN BERGUENFELD
(Buenos Aires, 1962)

BLOG

En el caldo la sal de cada uno
cómo saber de quién y cuándo el agua.
Humeará, el plato hondo de la historia humeará
a fuego lo que se viene.
Los jóvenes lo saben
hierven los jóvenes en este caldo múltiple.
Nadie pretende sobrevivir.

La máquina falló.
Cada pez con su blog en la boca:
Somos lo que nuestras palabras permitan
bloggers camino al agua
perlas que se disuelven girando en el sulfuro.

Cantar en la más noche de las noches.
Nadie que escuche.
Nadie pretende sobrevivir.
***
QUERIDO SÓCRATES


Por la barba, la edad, el azul lavado de su iris
suelen darle el asiento
hombre cabal, sonríe breve,
la vista en los zapatos
y nadie pero nadie le nota la humedad
los pudorosos labios tan lindos de morderle.

Desnudo es otra cosa
poderoso se pone y cabalga con prisas del infierno
loca me viene
su ronquera granizo en la penumbra
el abrazo de madre mono que pega tambor y abriga
lista la fruta para llenar varias bocas.

Vistos en la escena
en el lugar del crimen
perdemos cronología
objetos pensamientos
se cargan de una contagiosa voracidad
la rotación de la tierra suena fuerte
cuando hace barco en esta pecadora.

Si me insomnio –dos tres a la semana–
lo traigo a la cama matrimonial
hago que me desflore
que juegue a papá oso
le desfilo toda una lencería
le cobro
lo encadeno
lo hago buscarme con aire lamentable
en casas de mala muerte
dispuesto a un maldito destrozo
a rebotar mis ojos en la mesa de apuestas
a comerme el corazón con cucharita.

Por eso y otro tanto él me gusta a rabiar
tan personas decentes que jugamos
entre otros juegos graves.

El de morirse y no, su preferido,
mientras cocina mis sesos
la servilleta
lista o me rebana
tajo y anémona
para su antiguo traje
con ojal.
***
POTESTAD
a los doce me vendió en la feria
plañían las mujeres de la casa

no recuerdo el adiós
sólo al viejo
su mano de lagarto
los billetes
el olor a sopa

nadie elige al cordero
mi padre que se va.

2 comentarios:

hugo luna dijo...

es una alegría esta visita buena poesía gracias

Irene Gruss dijo...

gracias, don; irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char