sábado, 30 de junio de 2012

Como la albahaca en la ventana


Tomada de www.zoomers.ca 

MARGE PIERCY
(Detroit, Michigan, EE.UU., 1936)

Entre la niebla silenciosa

El olor a resina de pino
se desvanece
con esta blancura
que esfuma hasta el pantano.

El más allá empieza
tres metros después
del círculo mágico
de la casa alumbrada.

La colina se está desmoronando.
El camino termina
al pie de esa muralla, blanda, que se escurre.

¿Por qué estoy feliz?
con mis brazos figuro el marco
de un espejo infantil
que me hace ver la nada.
***
Una mujer fuerte

Una mujer fuerte es una mujer esforzada
una mujer fuerte es una mujer que se sostiene
de puntillas y levanta unas pesas
mientras canta A las barricadas
Una mujer fuerte es una mujer manos a la obra
limpiando el pozo negro de la historia
y mientras saca la porquería con la pala
habla de que no le importa llorar
y vomitar estimula los músculos del estómago
y sigue dando paladas con lágrimas en la nariz

Una mujer fuerte es una mujer con una voz
en la cabeza que le repite:
Te lo dije, so fea, so mala, so tonta
Nadie más te va a querer nunca
¿Por qué no eres femenina?
¿Por qué no eres suave, discreta?
¿Por qué no estás muerta?

Una mujer fuerte es una mujer
empeñada en hacer algo que los demás
están empeñados en que no se haga.
Está empujando
la tapa de un ataúd de plomo desde dentro
está intentando levantar con la cabeza
la tapa de una alcantarilla, está intentando
romper una pared de acero a cabezazos.
Le duele la cabeza. La gente que espera
a que haga el agujero le dice: date prisa
¡Eres tan fuerte!

Una mujer fuerte es una mujer que sangra por dentro
Una mujer fuerte es una mujer que se hace a sí misma
fuerte cada mañana
mientras se le sueltan los dientes
y la espalda la destroza.
Cada niño, un diente, solían decir antes
y ahora, por cada batalla, una cicatriz.
Una mujer fuerte es una masa de cicatrices
que duelen cuando llueve, y de heridas que sangran
cuando se las golpea, y de recuerdos
que se levantan por la noche y recorren la casa
de un lado a otro, calzando botas.
Una mujer fuerte es una mujer que ansía el amor
como si fuera oxígeno para no ahogarse.

Una mujer fuerte es una mujer que ama con fuerza
y llora con fuerza y se aterra con fuerza
y tiene necesidades fuertes.
Una mujer fuerte es fuerte en palabras,
en conexión, en sentimientos;
no es fuerte como la piedra
sino como la loba amamantando a sus cachorros.
La fuerza no está en ella, pero la representa
como el viento llena una vela.

Lo que la conforta es que los demás la amen
tanto por su fuerza como por la debilidad
de la que ésta emana, como el relámpago de la nube.
El relámpago deslumbra.
Llueve, las nubes se dispersan.
Sólo permanece el agua de la conexión fluyendo por nosotras.
Fuerte es lo que nos hacemos unas a otras.
Hasta que no seamos fuertes juntas
una mujer fuerte es una mujer fuertemente asustada.

Traducción de José Vicente Anaya
***
La más clara alegría

La más clara alegría
es el cese de un gran sufrimiento.
Cuando la campana de hierro se quita de la
    cabeza,
cuando el clamoroso choque se apacigua en los
     nervios,
cuando el cuerpo se desliza libre
como la carnada del anzuelo
y el pútrido aire de la ciudad
empieza a bullir en los pulmones.
La luz resbala en miel sobre los ojos.
El austero techo se vuelve merengue.
El cuerpo se desenreda, se despliega
prodigiosamente vacío como un lirio.
Respirar es bailar.
Muda y enteramente
como la albahaca en la ventana
levanto la nariz al sol.

Traducción de Beth Miller

1 comentario:

Marianela - dijo...

qué poema! "una mujer fuerte" gracias Irene por compartirlo y sigo leyendo.

cariños

Marianela

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char