lunes, 4 de marzo de 2013

Hasta que se acabaron todos los gustos

MARIN SORESCU

(Rumania, 1936-1996) 

Dos veces

Miro todas las cosas dos veces,
una para estar alegre
y otra para estar triste.
Los árboles tienen estallidos de risa
en la corona de las hojas
y una lágrima grande
en las raíces.
El sol es joven
en el extremo de sus rayos,
pero sus rayos
están clavados en la noche.
El mundo se encierra cabalmente
entre estas dos cubiertas,
donde he reunido todo
lo que amé
dos veces.

Traducción: Manuel Serrano Pérez
***
La huida

Un día
Me levantaré del escritorio
Y comenzaré a distanciarme de las palabras,
De vosotros
Y de las cosas, una por una.

Veré en la lejanía una montaña
E iré hacia ella
Hasta que la montaña quede atrás.

Luego iré a la siga de una nube
Y la nube quedará atrás.

También el sol quedará atrás
Y las estrellas y todo el universo...
***
Shakespeare

Shakespeare creó el mundo en siete días.
En el primero hizo el cielo, los montes y los abismos del alma.
El segundo día hizo los ríos, mares, océanos
Y demás sentimientos ---

Y se los ofreció a Hamlet, Julio César, Antonio, Cleopatra y Ofelia,

A Otelo y a otros,
Para que los dominaran ellos y sus descendientes
Por los siglos de los siglos.

El tercer día congregó a todos los hombres
Y les enseñó los gustos:

El gusto de la felicidad, del amor, del desconsuelo
El gusto de los celos, de la gloria, y siguió así
Hasta que se acabaron todos los gustos.

Luego aparecieron unos indivíduos que habían llegado tarde.
El Creador les acarició, compasivo la cabeza,
Y les dijo que no les quedaba otra cosa sino hacerse
Críticos literarios
Y contestar su obra.

Reservó el cuarto y el quinto día para la risa.
Soltó a los bufones
Con sus cabriolas
Y dejó a los reyes, emperadores
Y a otros infelices que se divirtieran.
El sexto día resolvió algunos problemas
administrativos:
Urdió una tempestad, 
Y enseñó al rey Lear
A llevar corona de paja.

Quedaban unos cuantos desechos tras la Creación
Con los que forjó a Ricardo III.

El séptimo día se dedicó a comprobar si le quedaba algo por hacer. 
Los directores de teatro ya tenían la tierra llena de carteles, 
Y pensó Shakespeare que tal vez merecía después de toda su fatiga 
Ser simple espectador por una vez.
Pero antes de nada, puesto que estaba cansado sobremanera, 
Se fue a morir un rato.
 ***

Contabilidad

Llega un momento
en que debemos trazar bajo nosotros
una línea negra
y echar las cuentas.

Instantes en los que pudimos haber sido felices,
instantes en los que pudimos haber sido bellos,
instantes en los que pudimos haber sido geniales.
Nos encontramos con montes, árboles, aguas
(¿qué habrá sido de ellos? ¿Vivirán aún?)
que suman un futuro luminoso
ya pasado.

Una mujer que amamos
y esa misma mujer que no nos amó
suman cero.

Una temporada de estudios es igual
a varios millones de palabras inservibles
cuya sabiduría se ha borrado poco a poco.

Y, por fin, una vez que tuvimos suerte
y otra igual (¿de dónde habrá salido?)
suman dos (anotamos una y la otra la guardamos,
no sea que vaya a haber otra vida).

Versión de Omar Lara


Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char