sábado, 27 de abril de 2013

Bien vale dorar una cebolla


CARINA SEDEVICH
Tomada de poetasaltuntun

(Santa Fe, Argentina, 1972. Reside en Villa María, Córdoba, Argentina) 

13
Existe lo soportable
y lo insoportable existe.
Nada más.
El tiempo
es apenas un pozo de agua.
Mi ojo siniestro ve un sexto del pasado,
mi ojo diestro una séptima parte del futuro.
Si pudiera delimitar el tiempo
como un arco de fútbol de potrero
entre palo y palo habría lo mismo:
algunas chispas en la oscuridad.

(De Como segando un cariño oscuro. Llanto de Mudo Ediciones, Córdoba, 2012)
***
4

Escribir es mi única osadía:
bien vale dorar una cebolla,
un pedacito de cebolla morada,
desteñirlo en la manteca
para olerlo.
La soledad es mi única osadía:
bien vale estirar el mantel
sobre la mesa
preparar el plato azul
y los cubiertos
y masticar mirando la ventana.
 ***
Del verano de dios

Crujían las agujas de los pinos.
El pasto crecía. Los gatos esperaban.
¿El sol caía? ¿El calor
insoportable?
No lo sé.

Es que el amor es un aro,
es un útero y un ojo.

(De Incombustible, Alción Editora, 2013)

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char