miércoles, 26 de junio de 2013

Nunca me perteneció la infancia ahora es del viento

MARÍA MALUSARDI
Tomada de zinniaeditions.com

(Buenos Aires, Argentina, 1966)

Del libro el orfanato
"la oveja excluida"

“Sin ninguna estrella que guíe, hay que seguir firmemente la estrella ausente del lenguaje.”
                                                 Pascal Quignard


nunca me perteneció la infancia ahora es del viento: me quedé sin padres me quedé sin hijos me quedé sin lana sin la historia de la lluvia ni equipaje me quedé sequía res abierta y mi vestido cáscaras de frutas hilvanadas obstinándose en mi degradación
***
qué entendía yo del mundo la oveja muerta entre mis manos y yo caída a su costado sin ojos sin cielo niña enferma y mi caballo husmeando la calidad del humo mis antros y el reino animal tramándome picos carroñeros qué habrá quedado de mí luego de esa música palas en la piedra y sigo yo tan niña enrejada en la oveja
***
cómo buscar en la oveja el sentido de cada invierno doloroso en mi sábana
***
ha reemplazado el homicidio a mis ausencias? maté a mis hijos en ella? maté la muerte de mis padres muertos matándome? maté el dolor de todos los que amaban mi muerte? qué maté cuando maté a la oveja excluida?

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char