domingo, 9 de junio de 2013

Tú nunca estarás completo, y así es como debe ser

TOMAS TRANSTRÖMER

(Estocolmo, Suecia, 1931)


CAE NIEVE

Los entierros llegan
más y más apretados
como los carteles de autopista
cuando nos acercamos a una ciudad.

Miles de personas miran
hacia el país de las sombras largas.

Un puente es construido
lentamente,
derecho hacia el espacio.
***
APUNTES DE FUEGO

Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.
Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.
***
ARCOS ROMANOS

En la grandiosa iglesia romana se aprietan los turistas
En la penumbra.
Cúpula abierta tras cúpula y sin panorámica.
Algunas llamas de cirios titilan.
Un ángel sin semblante me envolvió
Y me susurró a través de todo el cuerpo:
“No te avergüences de ser persona, ¡sé orgulloso!
Dentro de ti se abre cúpula tras cúpula infinitamente
Tú nunca estarás completo, y así es como debe ser.”
Yo estaba ciego de lágrimas
Y fui empujado a la soleada piazza
Junto a Mr y Mrs Jones, Herr Tanaka y
Signora Sabatini
Y dentro de todos ellos se abrió cúpula tras cúpula infinitamente.
***
Schubertiana. V

Nos apretamos frente al piano y tocamos a cuatro manos en
        Fa menor; dos cocheros en el mismo carruaje, resulta un
        poco ridículo.
Las manos parecen cambiar de sitio objetos tintineantes de acá
        para allá, como si tocásemos los contrapesos,
en un intento de afectar el terrible equilibrio de la balanza:
        alegría y sufrimiento pesan exactamente igual.
Annie dijo: «esta música es tan heroica», y es verdad.
Pero el que navega envidiando a los hombres de acción, esos
        que en el fondo se desprecian a sí mismos porque no son
        asesinos,
ellos no se reconocen aquí.
Y los tantos que compran y venden personas y creen que todos
        son comparables, ellos no se reconocen aquí.
No es su música. La larga melodía que es ella misma en todas
        las transformaciones, por momentos brillante y débil, por
        momentos opaca y fuerte, huella de caracol y cable de acero.
El terco canturreo que nos acompaña hasta aquí
saliendo
de las profundidades.


De Deshielo a mediodía. Tomas Tranströmer. Nórdica libros. Colección Letras Nördicas. Traducción de Roberto Mascaró. 2011. Salamanca.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char