domingo, 28 de julio de 2013

¡Oh dulce humanimalidad!

MARTHA ACOSTA
Ed. Ruinas Circulares, julio 2013

(Tucumán, 1943)

SESENTA VECES SEIS

Mujer canosa maloliente parada en la esquina levanta
el vestido polvoriento y muestra sexo gris y suyo a los que
pasan a los clientes de la panadería a la rubicunda cajera
patrona que manda adentro al hijo púber no siga viendo
al animal desenjaulado.
Mujer canosa pies helados y callosos lanza palabrotas
insultándonos por sus dos agujeros vitales porque lo
merecemos.
En un tiempo anterior a su recuerdo fue como todos
una en una comba tibia con la comba luego afuera inició
el camino del cordero y al corto tramo de vida conquistada
vislumbró hace mucho mucho voy a morir.
Lo que no supo entonces es que su muerte se repetiría
muchas veces por ejemplo una mañana luminosa a
manos de algunos transeúntes cajera y clientes de una
panadería con el aire impregnado de olor a pan recién
horneado solidario simple y bueno como el pan.

(de "Desde", 1991)
***
¿LO CONOCE?

¿Me conoce usted a mí?
¿Es que usted me conoce a mí?
¿Tiene jardín
en el frente de su casa?
¿Tiene portón?
¿Usted me conoce a mí?
¿Me conoce usted a mí?
¿Tiene portón?
¿Usted quiere estar aquí?
¿Usted no quiere estar aquí?
¿Dónde quiere estar usted?
¿Me conoce? ¿Usted me conoce?
¿Me conoce usted a mí?

Usted no me dijo nada
¡júrelo júrelo!
que me saquen lo ya dicho
que me saquen las palabras
que me saquen no
me está mirando a mí
¡júrelo júrelo!
despréndanme las miradas
despéguenme las miradas no
vaya usted a tocarme
sáquenme
sáquenme

¿Me conoce usted a mí?
¿Reaparezco yo?

(de "De zinc", 1998)
***
MENÉATE

Contoneo de caderas
en la parada de ómnibus
arrítmico
asimétrico
(tenía afectada la quinta vértebra lumbar
según el curandero)
tres hombres miran con mirada de hombres
detenerse cuesta más que andar
y echose a andar
disimulando su cadera semidesgoznada
menéate menéate
convivir con el dolor
¿en calidad de qué?
menéate menéate
(¿Cuándo fue que tu cadera comenzó a
guiñar reflejos a tu otra cavidad cuándo
fue que ambas empezaron a gritar?)
menéate menéate
vamos
que aguarda la bailanta tucumana
movidito movidito
convivir con el dolor
¿en calidad de qué?
¿en calidad de qué?
menéate menéate
detenerse cuesta más que andar
cuesta más que andar
menéate menéate

(de "De zinc")
*** 
VI

En la entrada del baño
bailábamos los dos
abrazados
bailábamos
antes de bañarnos
y se hamacaba el pasillo silencioso
la pared descascarada
y tanta música
subía de las baldosas.

(de Chapas de zinc, de "De zinc")
***
VII

Ahí
donde la vida
tan diciendo
donde
ahí
donde yo encuentre
tus párpados tus manos

pero no.

(de Chapas de zinc, "De zinc")
***
IX

Más te valdría no haber logrado
ponerte en pie
¡estás manchando el piso!
Y te corren por los pechos demasiadas lágrimas

¡gente grande habrase visto!

(de Chapas de zinc, "De zinc")
***
X

Hermanas en esperas en designios en ancestros
abrazadas las dos
salimos al jardín
su mirada eléctrica en la mía
recordamos:
ella
honores recibidos en Egipto cuando era
guardiana del fuego del hogar
yo
honores ofrecidos
a Inti y su fuego suspendido
cuando los padres incas penetraron
al Valle Calchaquí

después nada más
sólo el Sol en la tarde
en mi cuello su tersísima garganta
mi boca se abre paso en su pelaje
y sopla suavemente
cosquillea mi oreja al ronroneo
y su mano de seda abre las zarpas
y las cierra lentamente ¡ay! en mi hombro
¡oh dulce humanimalidad!
dirá un mutante
pero no nos distraigamos
que ya avanzan las primeras sombras
nos detenemos debajo del ciruelo
sentimos al pulsar de la última luz
entre las ramas en los techos de zinc
en mi piel
en su pelaje
se intensifica el verde más y más
ella mira hacia arriba
yo adelante y atrás al mismo tiempo
y la misma extraña vibración
recorre la espina dorsal de ambas

nos separamos

 aire nocturno
sé comprensivo con nosotras
 
en el jardín apagado se desliza nuestra hembrura.

(de Chapas de zinc, "De zinc")
Tomados de Poetas argentinas (1940–1960), Ediciones del dock, 2006.
***
¿ANOCHECE?

¿Anochece?
¿amanece?
en la luz difusa
amortecida o renacida
un caballo olfatea
el cuerpo color ámbar
de una mujer tendida
no en la hierba
en el barro
no dormida
despierta.
***
ELLA SE SENTÓ

Ella se sentó
en la silla de madera de su madre de su hija
mirando al sur oyendo al norte
oliendo arriba pisando abajo
y en ese núcleo de su estar
 pasó
una correntada de tierra interminable entre sus piernas.
***
POST SCRIPTUM

Como dar y recibir con la mano amputada
como ver a través de la córnea desprendida
caricias ausentes
que siguen abrigando la piel acariciada
más allá
engendrar concebir
que una matriz sea puro deseo
sea un puro desvelo
más allá más allá
como la luz del sol que iluminando tus entrañas
detiene – mata la daga en la noche
 de tu pensamiento
más acá
 ¿en este entonces?

Tomados de Y así
Ed. Ruinas Circulares, julio 2013

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char