viernes, 29 de noviembre de 2013

Muerdo entonces la nada

CANDELARIA ROJAS PAZ 
Tomada de octubreliterario.blogspot.com

(Tucumán, Argentina, 1977)


EL HOMBRE Y LA GOTA

Qué tristeza me da
la gota que se desliza
lentamente
por el vidrio
transpirado
de la ventana.
parece
como yo
intuir
su irremediable final.
***
MUECA

Con la dentadura rebosante
hago saber de las sonrisas que no llevo.
muerdo entonces la nada
el aire moribundo de la memoria.
traigo carcajadas abiertas para los días de insomnio
y las noches que no acaban.
vivo como un muerto
entre las sombras que laten.
***
RASTROS

Los rastros de una mujer
crujen desde mis ojos.
La pequeña dentadura de una lágrima
puede desgarrar cualquier párpado.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char