viernes, 29 de agosto de 2014

Andaré, pero no tras heroicas huellas


Retrato de Emily Brontë pintado por su hermano Branwell.
Tomado de Wikipedia


EMILY BRONTË
(Yorkshire, Inglaterra, 1818-1848)

A menudo rechazada, pero siempre de regreso
a los sentimientos primeros que nacieron conmigo,
y dejando la caza afanosa de riqueza y de saber
por sueños ociosos e imposibles que abrigo:

hoy no buscaré la región de la penumbra;
lúgubre se consume su frágil vastedad;
y las visiones alzadas, legión tras legión,
acercan misteriosamente el mundo irreal.

Andaré, pero no tras heroicas huellas
ni por los senderos de la moral empinada,
ni entre rostros casi indiscernibles,
formas brumosas de una historia pasada.

Iré por donde me lleve mi naturaleza -
me irritaría que me guiase otro cualquiera -,
adonde grises rebaños pacen entre helechos,
adonde el viento indómito sopla en las laderas.

¿Qué revelan estos montes solos que valga la pena?
No alcanzo a decir cuánta gloria y desconsuelo:
la tierra que mueve a sentir a un corazón humano
puede contener los mundos del Cielo y el Infierno.
**
A la imaginación

Cuando agotados de la extensa jornada,
Y del terrenal cambio del dolor por el dolor,
Perdida, dispuesta a la desesperación,
Tu cálida voz me convoca de nuevo;
Mi sincero amigo, nunca estoy sola
Si tu presencia y ese tono me acompañan.

Sin esperanzas descansa el mundo sin ti,
El mundo sin este doble de mí;
Tu mundo de astucias, odios y duda,
De frías sospechas sin lugar,
Donde tú, yo y la Libertad
Disfrutan una soberanía muda.

Lo que importa es que todo alrededor,
Peligro, angustia y oscuridad,
No rompen las cadenas de nuestra soledad
Donde habita el cielo en su esplendor,
Alimentado por diez mil rayos eternos
De soles que no han conocido el invierno.

La Razón sin dudas habrá de objetar
Por la triste realidad de la naturaleza,
Explicando que el sufrimiento del corazón es vano,
Y que sus preciados sueños deben perecer;
La Verdad con rudeza busca asolar
Las flores de la fantasía que tímidas asoman.

Pero tú siempre serás el que trae
Las cerradas visiones que retornan,
El aliento de nuevas glorias caídas en primavera,
Llamando a la vida de la muerte,
Susurrando con la divina voz
De un mundo real y brillante como tú.

No confío en la dicha de tu fantasma,
Pero en las horas quietas de la noche,
Con un incesante agradecimiento
Te doy la bienvenida, bendito aliento,
Fiel asistente de los humanos deseos,
La más brillante esperanza
Allí donde la esperanza muere.

Versiones s/d

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char