viernes, 1 de agosto de 2014

Imágenes nebulosas que el viento deshace

MAX AUB

(París, Francia, 1903 (nacionalizado español desde los veinte años)- México, 1972)

Nunca os quise dioses
griegos y romanos
sin embargo anida en mi corazón
cuando os veo, dioses olvidados,
muertas sombras nocturnas,
imágenes nebulosas que el viento
deshace; y cuando pienso
en lo cobardes e hipócritas que son
los que os vencieron,
los nuevos horrendos dioses
que reinan ahora en los cielos,
zorros ávidos bajo
la piel del cordero...
Es cierto que antaño, viejos dioses,
en las batallas humanas
siempre estuvisteis de parte
de los vencedores,
pero el hombre es más generoso
que vosotros y, ahora, en el combate
de los dioses, tomo partido
de los vencidos.

De Max Aub, Pruebas (Madrid: Ciencia Nueva, 1967).
**
Simún

Viento loco, tierra seca,
boca sedienta, sediento.
Mundo ciego, arena en el cielo.
Polvo, tormenta, tormento.

Vuela y entierra y aúlla
la arena de duna en duna.
Tierra que aterra y entierra
en cielo vuelto y revuelto.

De Diario de Djelfa, 2ª edición 1970
Editorial Joaquín Mortiz, S.A. México**

Cuando cojo tu seno
y bebo
doy gracias al vinatero
y al botellero
que hicieron el cielo
perfecto.

(De Antología traducida.  Zéjel atribuido por Max Aub al supuesto poeta Abu Abd Al-Jatib Talik (1210-1283)                        

No hay comentarios:

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char