Tomada de |
(Tzotzil, México, S/D)
Para que el perro no ladre al novio
Cerrame la boca del perro,
amarrame el hocico del chucho,
con una llave,
con un candado.
Tapame su vista,
cubrime sus oídos,
con doce velas, Kajval,
con una botella de aguardiente.
Amarrale una pata,
amarrale su otra pata.
Que se haga rosca en la superficie de la Tierra.
Que le entre profundo su sueño.
Ve caminando adelante del novio.
Sóplale con tu aliento al novio,
para que el perro no le huela sus pisadas,
para que el perro no le huela sus manos.
Que no le vaya a ladrar.
Que no le vaya a morder.
Este perro,
este chucho, Kajval.
**
Encantamiento para atraer un hombre
Que llegue con flores en su corazón el hombre.
Que llegue con todo su corazón.
Que hable con mi carne.
Que le duela su sangre por mí
cuando me ve en el camino al mercado.
Que nos visite con su madre,
la cabeza agachada
y un garrafón de trago para mi papá.
Que sea limpio su camino, blanco su andar.
Que no vaya a caer en el lodo.
Que no le vaya a salir una mala culebra.
Tú lo vas a mirar en su cara, Kajval.
Te lo estoy diciendo en tu nariz, en tu oído:
El hombre se llama Xun.
Ya hablé con tu cabeza.
Ya hablé con tus huesos.
Te llamé ya con mi boca.
Quiero juntarme con él.
Quiero que el hombre complete mi cuerpo.
**
Estos poemas (escritos originalmente en tzotzil y tzeltal) pertenecen al libro Conjuros y ebriedades, publicado en 1997 por el Taller Leñateros de San Cristóbal de Las Casas (Chiapas, México). Tomados del blog el placard.
No hay comentarios:
Publicar un comentario