viernes, 22 de mayo de 2015

La vida se tuerce como el cogote de un cisne

LAURA GARCÍA del CASTAÑO 
Tomada de imagexia.com

(Córdoba, Argentina, 1979)

No pude cumplirte Carlos, aún escribo
la vida se tuerce como el cogote de un cisne
y yo sigo con mi frasquito bajo el sangrado
Si fuese arquitecta o costurera
hubiese trazado el mismo blanco
el pozo de mi padre 
por el que no he dejado de caer
Podría ser
dueña de un video club, vendedora de Gigot,
en las hojas de cálculo yacerían entablillados 
fragmentos de la propia extracción 
el saldo infeliz de un cálculo brillante
De cualquier forma, escribiría
compensaría a mi madre por ciertas palabras crueles
luciría este concepto penoso del amor,
y el olfato finísimo de animal
que abandonado muy lejos
de lo único que entiende
sabe orientarse
puede volver.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char