CHARLES BUKOWSKI
(Andernach, Alemania, 1920-Los Ángeles, EE.UU., 1994)
El genio de la multitud
Hay suficiente traición, odio, violencia, necedad en el ser humano corriente
como para abastecer cualquier ejército o cualquier jornada.
Y los mejores asesinos son aquellos que predican en su contra
y los que mejor odian son aquellos que predican amor
y los que mejor luchan en la guerra son al final aquellos que predican paz.
Aquellos que hablan de Dios NECESITAN a Dios.
Aquellos que predican paz No Tienen Paz.
Aquellos que predican Amor No Tienen Amor.
Cuidado con los predicadores.
Cuidado con los que saben.
Cuidado con aquellos que siempre están leyendo libros.
Cuidado con aquellos que detestan la pobreza o están orgullosos de ella.
Cuidado con aquellos de alabanza rápida, pues necesitan que se les alabe a cambio.
Cuidado con aquellos que censuran con rapidez, tienen miedo de lo que no conocen.
Cuidado con aquellos que necesitan constantes multitudes, no son nada solos.
Cuidado con el Hombre corriente, con la Mujer corriente, Cuidado con su Amor.
Su amor es corriente, busca lo corriente, pero es un genio al odiar.
Es lo suficientemente genial al odiar como para matarte, como para matar a cualquiera.
Al no querer la soledad, al no entender la soledad intentarán destruir cualquier cosa que lo difiera de lo suyo.
Al No Ser Capaces de Crear ARTE No Entenderán el Arte.
Considerarán su fracaso como creadores, sólo como un fracaso del mundo.
Al No Ser capaces de Amar plenamente, Creerán que tu Amor es incompleto y entonces te odiarán.
Y su Odio será perfecto, como un diamante resplandeciente
Como una Navaja
Como una Montaña
Como un Tigre
Como una Cicuta
Su Mejor
ARTE.
Versión sin datos
***
The Genius of the Crowd
there is enough treachery, hatred violence absurdity in the average / human being to supply any given army on any given day // and the best at murder are those who preach against it / and the best at hate are those who preach love / and the best at war finally are those who preach peace // those who preach god, need god / those who preach peace do not have peace / those who preach peace do not have love // beware the preachers /beware the knowers / beware those who are always reading books / beware those who either detest poverty / or are proud of it / beware those quick to praise / for they need praise in return / beware those who are quick to censor / they are afraid of what they do not know / beware those who seek constant crowds for / they are nothing alone / beware the average man the average woman / beware their love, their love is average / seeks average // but there is genius in their hatred / there is enough genius in their hatred to kill you / to kill anybody / not wanting solitude / not understanding solitude / they will attempt to destroy anything / that differs from their own / not being able to create art / they will not understand art / they will consider their failure as creators / only as a failure of the world / not being able to love fully / they will believe your love incomplete / and then they will hate you / and their hatred will be perfect // like a shining diamond / like a knife / like a mountain / like a tiger / like hemlock // their finest art
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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