(Córdoba, Argentina, 1894-Ibídem, 2000)
“…como en las viejas escrituras o como en cierta poesía moderna, en la cual el lector percibe hiatos y nexos tácitos que impone la captación del sentido. Obviamente, lo mismo que las licencias poéticas, la palindromía recaba alguna tolerancia a durezas sintácticas y lógicas; y hasta cierta indulgencia cuando la locución adosa perfiles insólitos, tosquedades o quebrantamientos del orden gramatical…”
J.F.
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Palíndromos
Amo la pacífica paloma.
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¡Ojo! corre poco perro cojo.
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Se es o no se es.
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Somos o no somos.
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Oír a Darío.
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Amigo, no gima.
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El rióse de Judas. (Ergo, yo, Goyo Gres, aduje desoírle)
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Al reparto, otra perla.
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A su margen negra musa.
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Sólo diseca la fe de falaces ídolos.
De Karcino. Tratado de palindromía.
El cuenco de plata, 2005. Ensayo.
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