lunes, 26 de diciembre de 2016

Vino Dios a l’existencia.

VIOLETA PARRA

(Chile, 1917-1967)

Décimas por el nacimiento (o El niño Jesús nació)

El niño Jesús nació
en el portal de Belén;
la estrella de sumo bien
a los Magos le’ alumbró.
El mundo re’plandeció
con pitos y panderetas.
Bajaron siete cometas
a ver este nacimiento
los altos del firmamento
se abrieron para la fiesta.

Los fieles del Redentor
acuden muy presurosos
a presencial el hermoso
regalo del gran Señor.
Adiós a nuestro dolor,
válganos la penitencia,
hagamos la reverencia
en este humilde portal,
porque, envuelto en un pañal,
vino Dios a l’existencia.

Gloriosa la noche aquella
cuando la Virgen sufrió
y al mundo un hijo le dio
más claro que una centella.
Bajáronse las estrellas,
cantaron los pajaritos,
sabiendo que Jesucristo,
venido a cristianizarlos
y por amor a salvarlos
con su dolor infinito.

Ahí está la Virgen pura
al lado de San José,
con el niñito son tres,
se miran con gran ternura.
No ha habí’o ni habrá dulzura
más grande en intensidad
que la de la Navidad
cuando bajó de los cielos
a darnos su gran consuelo
el Dios de la cristiandad.

(De Décimas, 1958)

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char