lunes, 29 de mayo de 2017

¿No te gustaría ser así, una cosa completamente acomodada?

D.H. LAWRENCE 

(David Herbert)
(Eastwood, Nottinghamshire, Inglaterra, 1885-Vence, Francia, 1930)

Cuán Animal es el burgués

Cuán animal es el burgués
especialmente el macho de la especie.

Presentable, eminentemente presentable-
¿Te lo puedo dar a conocer?

¿No es buen mozo? ¿No es un espécimen delicado?
Desde fuera ¿no parece el fresco y limpio inglés?
¿No es la propia imagen de Dios corriendo sus treinta millas diarias
tras perdices o pelotitas de goma?
¿No te gustaría ser así, una cosa completamente acomodada?

¡Oh, pero espera!
Déjalo encontrar una nueva emoción, déjalo enfrentarse con las necesidades de otro hombre
déjalo llegar a casa con una pizca de dificultad moral, déjalo enfrentarse con una nueva demanda en su entendimiento,
entonces lo verás irse empapado, como un merengue húmedo.
Obsérvalo volverse un desastre, o un tonto o un fanfarrón

Cuán animal es el burgués
especialmente el macho de la especie.

Como un hongo bonitamente cuidado
Permaneciendo ahí tan alisado y erecto y ojeable
viviendo como una fungosidad al hacer presente su vida pasada
que chupa su existencia fuera de las hojas muertas de su propio gran ser.

Lleno de hirvientes y agusanados sentimientos huecos
mejor dicho asquerosos-
Cuán animal es el burgués

Estancado en sus miles de apariencias en la húmeda Inglaterra
 es una lástima que todos ellos no puedan ser pateados a otro lado
 como repugnantes hongos venenosos para dejarlos volver a derretirse velozmente
 en el interior del abono de Inglaterra.

1926
***
Piano

En el crepúsculo, una mujer canta suavemente para mí;
Llevándome de regreso a recorrer años hasta que vi
Un chico sentado bajo el piano, en el estampido de las hormigueantes cuerdas,
Presionando el pequeño, reposado pie de una madre que sonríe cuando canta.

A despecho de mí mismo, la insidiosa maestría de la canción
Vuelve a traicionarme, hasta que mi corazón llora por pertenecer
A la vieja tarde de domingo en casa, con el invierno afuera
Y los himnos que en la sumamente agradable meditación del piano son nuestra guía.

Pero ahora para el cantante es en vano romperse dentro del clamor
Con el apassionato del gran piano negro. El encanto
De los días de la niñez están en mí, mi adultez
Cae en el diluvio del recuerdo y lloro como un chico por el pasado.

1918


(c)  RAUL RACEDO - TRADUCCION

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char