miércoles, 5 de septiembre de 2012

Rotas horas, las olas

Tomada de leereluniverso.blogspot.com

ANDRÉS NEUMAN
(Buenos Aires, Argentina, 1977)


Elogio del minuto

Aquí
por fin
descanso,
mi atención
no debe disiparse.
Un poco de distancia
tal    vez    la    estiraría,
pero si apreso el pasmo
y fuerzo demasiado las poleas
la emoción  dejará  de trasladar
estas pequeñas cajas con visiones.

Miro el pájaro próximo a la casa:
tembloroso en la fuente recomienda
beber con él sin vuelo.
***
Reloj de mar

Rotas horas, las olas.
Se anticipan,
se empujan,
se disgregan.
Recomienzan el cielo permanente.
En su justo engranaje nos emulan:
detrás alguien
siempre mira morir a alguien que mira.
***
El gran arte

¿Y si mentir no fuera vil
ni tan siquiera grave, no tuviese
fatales consecuencias,
no fuese irremediable ni sonase a pólvora;
y si mentir
no dejara marchitos los jardines
ni congelase el manantial sagrado
que riega nuestros sueños;
y si después de todo
mentir no fuera malo
sino sólo difícil?

1 comentario:

Karol Arcique dijo...

Un gran arte el de este chico, gracias por compartirlo...

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char