Tomada del blog bajo la rosa china |
(La Plata, Buenos Aires, Argentina, 1945)
RARA MATERIA
Rara materia que no cedes razones.
Si tocas el labio del amor es para herirlo,
si llamas al pensamiento es para dejarlo secar.
Cede alguna vez: regresa a tu reino oscuro.
No es justo tu veneno restregando sed
a los sueños, incertidumbre al corazón,
crecimiento a las secretas mutilaciones.
Cede alguna vez: demasiado conoces.
Ciega, pestilente, enancada en la noria
de la ilusión, aléjate del humano olor
que destila nuestra debilidad:
materia, rara materia.
***
CRUJIDO
Viejo crujido de la escalera,
me has acompañado hasta aquí.
Cuando, debiendo llegar a tiempo, me demoraba,
trepado a invisibles caballos en el camino.
Y cuántas veces cerraste la puerta al dedo incisivo,
disimulando el metal de las palabras
con pisadas de gato.
Ahora se mueve enorme tu péndulo:
toca los extremos de lo que no ha llegado aún
y ya no pesa.
Como el cazador que ve una luz,
y a esa luz se encamina,
subo y bajo despacio:
hasta que lo más duro de la oscuridad se disuelva.
***
ARTES
Primero, el arte de ser derrotado;
luego, el arte de conversar a solas;
más tarde, la serena indiferencia;
por último, el arte de no ver nada
aún viéndolo todo.
Cuánto tuvo que aprender esta cabeza
para ser calva, enteramente calva
─por dentro y por fuera─,
en el camino de una nube
que se aproxima despacio.
***
detrás de la estela que el mar borra.
Vuela desde antes de la tentación
como si no hubiera regreso.
Hacia espejismos donde toda ilusión
se descompone y comienza a caer.
Sobre ciudades que de pronto se cierran
o melancólicas se abren a la extenuada fe.
Y arriba a momentáneas delicias:
ser puro espíritu lejos de la tierra,
ojo ingrávido que deja su sitio aquí
y sueña en la luz del día
y sueña
mientras el corazón fija un rumbo falso
para que el deseo de volar no acabe.
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