jueves, 24 de julio de 2014

La luz roe donde no hay reparo

ANTONELLA ANEDDA

(Anedda-Angioy)
(Roma, Italia, 1958; reside entre Roma y Cerdeña)

NOMBRE. NO TENER NOMBRE.
Ser una inicial que no conoce vanidad o fatiga
contraerse en una sola letra
cuyo esplendor turba solo fugazmente
perdido entre las hileras de los muertos.
Ser un rasguño indiferente
pero en comunión con la garganta marcada
rojo de sangre retenida
destinada a desaparecer sin cicatriz.

Tú, ni herida ni quemadura
sombra de hacha, espectro de zarza.
*
NOME. NON AVERE NOME.
Essere un’iniziale che non conosce vanità o fatica
contrarsi in una sola lettera
il cui splendore turba solo fugacemente
perché perduto tra le schiere dei morti.
Essere un graffio indifferente
ma in comunione con la gola segnata
rosso di sangue trattenuto
destinato a sparire senza cicatrice.

Tu né ferita, né ustione
ombra di ascia, spettro di roveto.
**
Coro
¿El miedo nos hace más fuertes?
Somos mortales mortalmente aterrorizados
temblamos como zorros y perros,
nos volvemos la jauría de nosotros mismos
Basta un sueño errado
y la luz roe donde no hay reparo.
Derrapamos entre los objetos esperando que sean verdaderos.
Apretamos los párpados intentando dormir en pleno día
diciendo: aqui, y pensando allá
ofreciendo sacrificios mientras desplazamos muebles
y tronchamos con las tijeras los geranios.
A la noche alargamos las mesas para los húespedes
y con la madera comenzamos a marchitarnos.
Ponemos con cuidado las servilletas y desde el lino se elevan los demonios.
Volviendo la cabeza aquí, pensamos: allá,
como sucede en verdad a todo perseguido.
Abrimos ventanas de par en par con la excusa del humo. El viento huele a basura
pero es una tregua. El propio viento en la belleza es una ruina.
La sabiduría nos confunde como cera.
Respiramos con dificultad.
Nos quedamos inmóviles
la sangre se acelera entre la nuca y la espalda
nos volvemos serpientes
que se limpian entrelazándose.
*
Coro
La paura ci rende più forti ?
Siamo mortali mortalmente spaventati
tremiamo come volpi e cani
diventando la muta di noi stessi
Basta un sogno sbagliato
e la luce rode dove non c'è riparo.
Sbandiamo tra gli oggetti sperando siano veri.
Stringiamo gli occhi provando a dormire in pieno giorno
dicendo: qui e pensando là
offrendo sacrifici mentre spostiamo mobili
e tronchiamo con le forbici i gerani.
La sera allunghiamo i tavoli per gli ospiti
e dal legno cominciamo ad appassire.
Posiamo con cura i tovaglioli e dal lino si sollevano demoni.
Voltando la testa qui, pensiamo: là
come succede davvero a ogni inseguito.
Spalanchiamo finestre con la scusa del fumo. Il vento sa d’immondizia
ma è una tregua. Lo stesso vento nella bellezza è una rovina.
La saggezza ci confonde come cera.
Stentiamo a respirare.
Restiamo immobili
il sangue scatta tra la nuca e la schiena
torniamo serpi
ci puliamo intrecciandoci.

De Antología, traducción de Jorge Aulicino,
Hilos Editora, Buenos Aires, 2014.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char