domingo, 4 de enero de 2015

Sobre corazones sin cuerpo sin nombre





Paul Éluard 
(Francia, 1895-1952)

III. No estaban locos los melancólicos

No estaban locos los melancólicos
Estaban conquistados digeridos exclusos
Por la masa opaca
De los monstruos prácticos

Tenían su edad de razón los melancólicos
La edad de la vida
No estaban allá en el principio
En la creación
Ellos no creían
Y no supieron desde el principio
Conjugar la vida y el tiempo
El tiempo les parecía largo
La vida les parecía corta
Y de las mantas manchadas por el invierno
Sobre corazones sin cuerpo sin nombre
Hacían un tapiz de asco helado
Aún en pleno verano.
**
Du fond de l’abîme
III. Il n'étaient pas fous les mélancoliques...

Il n'étaient pas fous les mélancoliques
ils étaient conquis digérés exclus
par la masse opaque
des monstres pratiques

avaient leur âge de raison les mélancoliques
l'âge de la vie
ils n'étaient pas là au commencement
à la création
ils n'y croyaient pas
et n'ont pas su du premier coup
conjuguer la vie et le temps
le temps leur paraissait long
la vie leur paraissait courte
et des couvertures tachées par l'hiver
sur des coeurs sans corps sur des coeurs sans nom
faisaient un tapis de dégoût glacé
même en plein été.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char