martes, 28 de abril de 2015

Es cierto, todo habría andado bien

Patrizia Cavalli 

(Todi, Italia, 1947)

Las notas que dibujaste en mi cuaderno
y las claves de violín y la doble clave
y la triple clave. Para ti siempre
habrá un nuevo cuaderno. ¿Cuántas
hojas necesitas? Adornaste mi escritorio,
esculpiste mi estante; pero no hay ahora
arqueros vestidos de guerra, sino tan sólo
signos distraídos. Y deberás juntar
con paciencia pequeños minutos para poder
producir una hora.
*
Le note che disegnasti sul mio quaderno/ la chiave di violino e la doppia chiave/e la tripla chiave. Sempre per te/ un nuovo quaderno. Di quanti fogli/ hai bisogno? Hai intarsiato la mia scrivania/ scolpito il mio scaffale; ma ora non più/ arcieri in costume da guerra, soltanto/ segni distratti. E dovrai raccogliere/con pazienza piccoli minuti perché tu possa/ comporre un’ora.
**

Es tan dulce permanecer
y mirar en la inmovilidad
soberana la belleza de una pared
donde el hilo de la luz y la lámpara
existen desde siempre
garantizando su permanencia.
Montaña de luz, abanico,
¡paisajes, paisajes! ¿Cómo podré
desatar mis pies,
descender -reina de los peñascos
y de los abismos-
hasta el paso involuntario,
hasta la mano que abre una puerta, la voz
que pregunta adónde iré a comer?
*
Dolcissimo è rimanere/ e guardare nella immobilità/ sovrana la bellezza di una parete/ dove il filo della luce e la lampada/ esistono da sempre/ a garantire la loro permanenza.// Montagna di luce ventaglio,/ paesaggi paesaggi! come potrò/ sciogliere i miei piedi, come/ discendere – regina delle rupi/ e degli abissi – al passo involontario,/ alla mano che apre una porta, alla voce/ che chiede dove andrò a mangiare.
**

Es cierto, todo habría andado bien,
un paseo juntas, un café,
una salida al cine, cenas
en casa o en el restaurante; en fin,
habría seguido todo como siempre,
si de pronto, al quitarse los anteojos,
no se hubiera sentado sonriendo
con un aire apenas temeroso,
y el cabello un poco despeinado
que la hacían parecer recién surgida
de un sueño o una carrera.
*
Sarebbe certo andato tutto bene,/ una passeggiata un caffè, al cinema/ qualche volta insieme, le cene/ a casa o al ristorante; sarebbe stato/ insomma tutto regolare/ se all’improvviso togliendosi gli occhiali/ non si fosse seduta sorridendo/ con un’aria leggermente impaurita/ e i capelli un po’ spettinati/ che la facevano sembrare appena uscita/ da un sonno o da una corsa.
**

Ahora que el tiempo parece todo mío
y ya nadie me llama para el almuerzo o la cena,
ahora que puedo quedarme mirando
cómo se deshace una nube o cómo se destiñe,
cómo camina un gato por el techo
en la enorme lujaría de su exploración, ahora
que todos los días me espera
la inmensa extensión de una noche
donde no hay reclamo y no hay ninguna razón
para desnudarse a prisa, ni para descansar
en la deslumbrante dulzura de un cuerpo que me espera;
ahora que la mañana ya no tiene un comienzo
y silenciosa me libra a mis proyectos,
a todas las cadencias de la voz, ahora
quisiera inesperadamente las prisiones.
*
Adesso che il tempo sembra tutto mio/ e nessuno mi chiama per il pranzo e per la cena,/ adesso che posso rimanere a guardare/ come si scioglie una nuvola e come si scolora,/ come cammina un gatto per il tetto/ nel lusso immenso di una esplorazione, adesso/ che ogni giorno mi aspetta/ la sconfinata lunghezza di una notte/ dove non c’è richiamo e non c’è più ragione/ di spogliarsi in fretta per riposare dentro/ l’accecante dolcezza di un corpo che mi aspetta,/ adesso che il mattino non ha mai principio/ e silenzioso mi lascia ai miei progetti/ a tutte le cadenze della voce, adesso/ vorrei improvvisamente la prigione.

Tomados de http://hablardepoesia.com.ar
Versiones de Diego Bentivegna (con la colaboración de Osvaldo Bossi)

1 comentario:

DenniZu dijo...

me agrada mucho tu blog! felicidades ..

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char