RODOLFO HINOSTROZA
(Lima, Perú, 1941)
Relato de Otelo
¡Sí, te amo! Y cuando no te amo
vuelve otra vez el Caos.
W. Shakespeare
“… Cierta vez, en Aleppo,
sí, fue en Aleppo donde me desgracié con ese turco circunciso:
le ceñí con sus propias babas, y su lengua morada escupió las
plegarias, y así
salvé mi vida. Esta vida que tan poco valía, y que hoy pesa en tus
manos
como un cofre de ébano. Signorina.
Aunque yo caigo
tumbado sobre un sueño de paz
roto por las matracas de la guerra, nada se habrá perdido si es que no te he perdido
Aunque yo caiga sobre los amargos tablones del recuerdo,
y recoja el final de la experiencia, y encuentre que sólo es un ave
mojada
y el término y sentido de este viaje se extravíen
como arras oxidadas de algo que no ocurrió, nada se habrá perdido
si he logrado hacerme amar por ti.
“Moro! Por quién has combatido!”. “Moro!
Para qué has combatido!”, me gritaron los jinetes ociosos
viéndome hablar contigo. Y en verdad, Signorina, después de este
feroz ascenso de flecha malherida, he vuelto la cabeza
para ver quién servía, y no he encontrado a nadie. Pero os tuyos
escupen a escondidas cuando paso, y los míos me niegan, y ese
callado
impulso de grandeza que me arrancó de esclavos y galeras
ha cesado, y es como si de pronto, en la alta noche
el rumor de la mar cesara, despertándonos,
y el helado temor y la premonición trepasen la garganta como
arañas.
Hacia Chipre, una vez,
un insolente rubio me dijo que yo apestaba a rata. No pude sino
herirlo
y entonces me arrojaron del barco, y quedé solo otra vez,
por mi olor, por mi piel, por esta mirada que ahuyenta a los
búhos. Y quedé
solo
después de haber contado una penosa historia
de brutalidad y miseria, de espantos y gargajos, y de una avidez de
amor
arriba de la piel, debajo de la piel
tensa como un tatuaje, Signorina…”
**
Escena prima
La cadenza
en el fondo del jardín
caballeros laberínticos
la mano que deja caer la mierda se llena de rocío
has escuchado este mismo canto en tu infancia
llamados en los largos corredores
I love you I hate you
la avidez de la boca me ahoga
Quiero Quiero Quiero
morder despedazar devorar
apoderarse del cuepo de un dios
Ser un Dios
& el flipping down sobre el diseño de la alfombra
Quién soy yo Qué es lo que he comido
Hay un vómito que se prepara hace milenios
debo escupir algo que tal vez soy yo mismo
remontando los ríos con la boca
tocando a fuente del desprecio
Eres una mierda
te niego / te arrojo
No existes más
Has existido en sueños
los velos de muselina acariciaron tu rostro
viviste contemplando un abrazo perfecto
deforme como tú
y te irás sin saber sin entender
que ese sonido metálico clang
en las entrañas
limitando minuciosamente tu cuerpo / con odio
My Heart my heart my heart
Why have you left me alone
bajo LSD 25
Pánico
la conciencia del abismo (v. Pascal)
y la espalda de un hombre que se aleja
Tanto penar para morirse uno
He sufrido por mi padre he sufrido por mi madre he
sufrido por mí
y quieren que siga sufriendo
He comido algo malo
debo expulsarlo de mi cuerpo
Lo que es malo para mí es tal vez bueno para ti
Lo que es malo adentro tal vez es bueno afuera
Tal vez arrojar mi mierda sea bueno
y al contacto del aire
Qué hay afuera
Guerrino Meschino
El Caballero de la Rosa
El que atraviesa 7 mares 40 desiertos
El que pierde la flor
El niño que persigue a su madre en el
patio cuadrado con un vaso de noche en la mano
Dime dime que es la más bella
Dime que es la más grande
Dime que soy bueno
Dime que me amas
Ne me quittes pas
Has expuesto tu cuerpo tembloroso a miradas
y caricias que no han llegado jamás
Tu cuerpo no es un jardín
Todo lo que está herido hiede
Todo lo incompleto hiede
El hedor es terror
I hate you
Tu memoria deja trazos incandescentes en las letras
Vuelve a mirar lo que has visto
Padre
Lima arde arden
Madre
Qué has visto a 12° Sur
cuando el perezoso sol atravesaba
el Equinoccio de Primavera?
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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