Florence Margaret Smith
Stevie Smith
(Kingston, Inglaterra, 1902; Londres, id., 1971)
Otoño
Él le contó la historia de su vida a la señora Courtly,
que era viuda. "Casémonos lo antes posible",
le dijo."Yo ya no soy apasionado,
pero podemos conversar un poco antes de que sea demasiado tarde".
Versión: Isaías Garde
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No era un saludo
Nadie oyó al muerto lamentarse:
"¡Cómo no se dieron cuenta ustedes!
"¡Yo estaba mucho más, mucho más lejos!
¡Y no los saludaba! ¡Estaba ahogándome!"
—¡Cuánto le gustaba cotorrear al pobre!
—decían—. Y ahora está muerto,
De un infarto tal vez por exceso de frío.
"¡Pero no! ¡No y no! Frío, siempre hacía demasiado"
(seguía lamentándose el difunto)
"Toda mi vida al margen y demasiado lejos
¡Y no los saludaba! ¡Estaba ahogándome!"
Versión de Amparo Arróspide
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Alfredo el Grande
Este gran hombre merece honor y prez:
mantiene esposa siete hijos con las dos libras con diez
que le pagan por semana de pitanza
y sin embargo no ha perdido la esperanza.
Versión inédita de Mirta Rosenberg
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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