Miguel León Portilla: poeta y recopilador de poesía náhuatl
(Ciudad de México, 1926)
Madrecita mía
Madrecita mía, cuando yo muera,
sepúltame junto al fogón
y cuando vayas a hacer las tortillas
allí por mí llora.
Y si alguien te preguntara:
-Señora, ¿por qué lloras?
dile que está verde la leña,
hace llorar con el humo.
***
El conejo en la luna
Los pájaros de la noche
se quedaron en su casa;
mucho llovía a la mitad de la noche.
Cuando las nubes negras se fueron,
los pájaros estuvieron revoloteando,
tal vez veían al conejo en la Luna.
Yo pude contemplar
a los pájaros de la noche
y también al conejo en la Luna.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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