Juan Laurentino Ortiz
(Puerto Ruiz, Entre Ríos, 1896-Paraná, Entre Ríos, Argentina, 1978)
CÓMO ES DE SENSIBLE...
¡Cómo es de sensible la emoción del crepúsculo!
El silencio es tan hondo que hace daño casi,
a pesar de que arde, todo floral, arriba,
en la emocionada palidez del cielo,
con eucaliptus negros, de improviso, subidos.
¡Y cómo se prolonga la emoción! ¿Cuándo
una dulzura suave, flotante, alargó tenues
sombras entre las plantas? ¿Cuándo salió la luna?
Soledad de los campos con luna. Soledad.
Campo y luna, dos notas sólo que sostienen
esta música eterna. Campo y luna.
¿Para qué más? Tengamos el oído sutil.
Cortesía de Alejandro Méndez.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
1 comentario:
Apa qué belleza
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