domingo, 8 de enero de 2017

Esa gente que, bajo la lámpara, come las patatas con las manos, que mete en el plato

Vincent van Gogh
(Zundert, Países Bajos, 1853-Auvers-sur-Oise, Francia, 1890) 


"Estoy trabajando en aquellos paisanos junto a un plato de papas otra vez", dice en una carta a su hermano Theo fechada el 9 de abril de 1885, refiriéndose a una de sus obras maestras más tempranas, "Los comedores de patatas". La nota también contiene un bosquejo de la pintura. Van Gogh, quien fue influenciado por los impresionistas, dijo que se sentía que había "vida" en la obra, que comenzó a trabajar de día y continuó acompañado de una lámpara frente a un gran lienzo. "Los hermosos efectos de la luz en la naturaleza requieren que uno trabaje muy rápido", dijo, agregando que no sentía que podría compararse con maestros holandeses del siglo XVII como Rembrandt. "En el momento en que estoy, sin embargo, veo la posibilidad de entregar una impresión sentida sobre lo que veo... (pero) nunca exacta, porque uno ve la naturaleza a través de su propio temperamento".
Fuente: emol.com

Abrigo muchas esperanzas de que la pintura de los comedores de patatas salga bien.
Para pintar la vida del campesino, se debe ser maestro en muchos temas. Qué bien suena esto a propósito de los personajes de Millet: '¡su campesino parece pintado con la tierra que siembra!'
Qué exacto y verdadero es esto. Y qué importante es poder mezclar en la paleta estos colores que 'nadie sabe nombrar' y que forman la base de todo.
(...)
Me he esforzado deliberadamente en dar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come las patatas con las manos, que mete en el plato, son las mismas que han labrado la tierra, y que mi cuadro exalta el trabajo manual y el alimento que ellos tan honradamente se han ganado.
He querido que haga reflexionar sobre una manera de vivir opuesta a la de las personas civilizadas. De modo que no deseo en lo más mínimo que todo el mundo lo encuentre bello, ni siquiera bueno.
Durante todo el invierno, he tenido en mis manos el hilo de este tejido del cual buscaba el modelo definitivo, y si el resultado es un tejido de aspecto rudo y grosero, no es menos cierto que los hilos han sido elegidos con cuidado y siguiendo ciertas reglas. Y bien podría suceder que por esto fuera una 'verdadera' pintura de campesinos. 'Sé que es así'. Que pase de largo el que prefiera ver campesinos almibarados. Por mi parte, estoy convencido de que, a la larga, se obtienen mejores resultados pintándolos en toda su rudeza que dándoles un primor convencional.
Con su falda y su camisa azules, zurcidas y polvorientas, que bajo la acción del tiempo, el sol y el viento, han tomado los más delicados matices, una muchacha campesina es, a mi parecer, más hermosa que una dama; que se vista como una señora, y todo ello desaparecerá.
Un campesino es más hermoso entre los campos con su traje de fustán que yendo a la iglesia, el domingo, acicalado como un señor."
Y de la misma manera, sería un error a mi parecer, el dar a una pintura de aldeanos una pulcritud convencional.  Si una pintura de aldeanos huele a grasa, a humo, a olor de patatas, ¡perfecto! No es malsano. Si un establo huele a estiércol, ¡bueno!… por eso es un establo; si los campos tienen un olor de trigo maduro o de patatas o de guano y estiércol, allí está precisamente la salud, sobre todo para los ciudadanos.
De tales cuadros se aprende algo útil.  Un cuadro de aldeanos no debe estar jamás perfumado.  Estoy ansioso de saber si encontrarás en el mío algo que te plazca; por lo menos así lo espero.  Estoy encantado de que el señor Portier haya dicho que quiere ocuparse de mis obras.  Por mi parte he hecho cosas más importantes que simples estudios.
En cuanto a Durand-Ruel, aunque haya opinado que los dibujos no valen por toscos, muéstrale este cuadro.  ¿Que lo encuentra malo? Bueno.  Pero enséñaselo igual, a fin de que pueda ver que ponemos energía en nuestra lucha.  Seguro que oirás decir “¡Vaya mierda!”, prepárate para esto, que yo también lo estoy.  Pero ya terminaremos  por producir algo bueno y honesto.”

(Fragmento extraído de CARTAS A THEO, de VINCENT VAN GOGH. Selección, traducción y notas de Víctor Goldstein. Adriana Hidalgo editora)

Cortesía de Horacio Tubbia
Imagen: 

Los comedores de papas. 

 Óleo sobre tela sobre hoja, 1885. Museo Van Gogh de Amsterdam.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char