viernes, 14 de julio de 2017

Sonámbula y blanca

MIGUEL GAYA
Tomada de Twitter

(Ayacucho, Prov. de Buenos Aires, Argentina, 1953)

Canción que entona Álvaro de Campos a la manera de Brassens, mientras Pessoa sueña

En el barrio del Alto
en una calle alta
y en la más alta ventana
una muchacha peina
sus tan rubios cabellos
con cepillo de plata
y la cabellera fluye
por el balcón y cae
en cascada amarilla
sobre la calle alta
del oscuro barrio
lisboeta del Alto
obstruyendo el tránsito
de personas y cosas
y vehículos varios.

Sentado en el café
fumando mi cigarro
dejo pasar la tarde
y también la mañana
hasta que 
amigos comedidos
me imploran ahí sentado
que de prisa intervenga.
Apuro mi pernod
sacudo las cenizas
del saco ceniciento
y me voy para el Alto
de bastón y bombín.

Ella se para ahora
en el alto balcón
sonámbula y blanca
y al abrirse sus ojos
las ventanas estallan
en todo alrededor
con aires de campana.

Los guardias se apresuran
para acordonar las calles
desvían los tranvías
alejan transeúntes
y alertan a las madres
de jóvenes incautos
que corren a inmolarse.

Subo las escaleras
con paso decidido
y te beso los labios
antes de que sonrías
y empiecen las desgracias.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char