(Santa Fe, Argentina, 1972. Reside en Córdoba, Argentina)
2
Algo en el fondo de los otros
me repele íntimamente:
el reflejo de mi propia humanidad.
*
Sin embargo, hija,
estoy bendita:
la materia de tu alma
ya me es propia.
El hombre aquel
que me leyó las manos
pudo verlo,
como hoy te veo
en el cabello
de otros niños.
Te escucho enumerar
los grillos cada noche.
*
Así
mi revulsiva humanidad
consigue mantenerme viva.
(...)
PRIMER SOL INTENSO de septiembre.
Los niños corren en el parque.
Los seres queridos sonríen en las fotos
lejos, abrazando a otros.
**
Primera mañana de diciembre.
Me detengo bajo un árbol y lo anoto:
Buen trabajo. Los seres que he querido
han podido alejarse de mí.
***
Oración para la piedra de la mesa
(Fragmento)
El viento se mueve.
Mi corazón se mueve
pero ansía ser como la piedra
constelada
que sostiene mis brazos
mientras mis brazos
sostienen mi frente.
*
Piedra de la mesa
perfumada en verano
por partículas de sal.
Demasiado dura
para estar con otros.
Demasiado vieja
para no callar.
*
Piedra de la mesa
dulce como un muerto:
hace mucho tiempo
no miro mis manos.
*
Piedra de la mesa:
olvida mis palabras.
Seres amados:
olviden mis palabras.
Campanas de la catedral:
escriban
sobre mis palabras.
Caireles de la florería:
eleven sus palabras
por mi niña.
-Pájaros:
busquen el agua.
Es domingo.-
De Lavar a la madre. Ed. Buena Vista, 2017.
El viento se mueve.
Mi corazón se mueve
pero ansía ser como la piedra
constelada
que sostiene mis brazos
mientras mis brazos
sostienen mi frente.
*
Piedra de la mesa
perfumada en verano
por partículas de sal.
Demasiado dura
para estar con otros.
Demasiado vieja
para no callar.
*
Piedra de la mesa
dulce como un muerto:
hace mucho tiempo
no miro mis manos.
*
Piedra de la mesa:
olvida mis palabras.
Seres amados:
olviden mis palabras.
Campanas de la catedral:
escriban
sobre mis palabras.
Caireles de la florería:
eleven sus palabras
por mi niña.
-Pájaros:
busquen el agua.
Es domingo.-
De Lavar a la madre. Ed. Buena Vista, 2017.
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