ALFONSINA STORNI
Alfonsina Storni Martignoni
(Sala Capriasca, Suiza, 1892-Mar del Plata, Argentina, 1938)
LA DULCE VISIÓN
¿Dónde estará lo que persigo ciega?
-Jardines encantados, mundos de oro-
Todo lo que me cerca es incoloro.
Hay otra vida. ¿Allí cómo se llega?
Un perfume divino el alma anega:
Olor de estrellas, un rosado coro
De Dianas fugitivas; el esporo
Viviente aún de la delicia griega.
¿Dónde estará ese mundo que persigo?
El sueño voluptuoso va conmigo
Y me ciñen las rosas de su brazo.
Y mientras danzo sobre el césped fino
Fuera del alma acecha mi destino
Y la Gran Cazadora mueve el lazo.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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