sábado, 21 de julio de 2018

Llorar hasta volverse piedra es fábula

Sir Thomas Browne 
(Londres, Inglaterra, 1605-1682)



Amplios son los tesoros del olvido
[Fragmento]

Amplios son los tesoros del olvido
e innumerables los montones de cosas próximos
 a la nulidad.

Más hechos hay sepultados en el silencio que registrados,
y los más copiosos volúmenes
son epítomes de lo que ha sucedido.

La crónica del tiempo empezó con la noche
y la oscuridad todavía la sirve.

Algunos hechos nunca salen a la luz.


Muchos han sido declarados.
Muchos más fueron devorados por la oscuridad
en las tabernas del olvido.

Cuánto ha quedado en vacuo
y nunca será revelado

de esos longevos tiempos en que los hombres apenas recordaban su juventud,
y más que antiguos parecían antigüedades.
Cuando perduraban más en sus vidas que en nuestras memorias.

La tiniebla y la luz dividen el curso del tiempo,
y el olvido comparte con el recuerdo gran parte
incluso de nuestros seres vivos.

Apenas recordamos nuestras dichas
y los golpes más agudos de la pena
nos dejan tan sólo punzadas efímeras.
Los sentidos no toleran las extremidades
y los pesares nos destruyen
o se destruyen.

Llorar hasta volverse piedra es fábula.
Las aflicciones producen callosidades,
las desgracias son resbaladizas
o caen como la nieve sobre nosotros,
lo cual, sin embargo
no es un feliz entumecimiento.

Ignorar los males venideros y olvidar los males pasados
es una misericordiosa disposición de la naturaleza,
por la cual digerimos la mixtura
de nuestros escasos y malvados días.
Y al no recaer nuestros liberados sentidos en hirientes remembranzas,
nuestras penas no se mantienen en carne viva
por el filo de las repeticiones.

De Hidriotaphia o El Enterramiento en Urnas, 1658.
***
Pasamos la mitad de nuestros días en la sombra de la tierra,
y el hermano de la muerte exige un tercio de nuestras vidas. Gran parte
de nuestro sueño está zurcido de visiones, y de objetos fantásticos
en los que confesadamente nos engañamos. El día nos suministra
verdades, la noche ficciones y falsedades.

T. Browne, De los sueños
***
“[...] pues es Dios como el hábil geómetra que, pudiendo describir o partir una
línea recta con enorme facilidad y un solo trazo de su compás, prefiere hacerlo
de manera más larga o circular... sin embargo, a veces infringe esta norma
suya a fin de que el mundo conozca sus prerrogativas, no vaya a ser que la
arrogancia de nuestra razón cuestione su poder y concluya que es incapaz de
imprimir una alteración”
.De La religión de un médico (1643)
***
“Los pesares nos destruyen o se destruyen. Llorar hasta volverse piedra es
fábula: las aflicciones producen callosidades, las desgracias son resbaladizas,
o caen como la nieve sobre nosotros; lo cual, sin embargo, no es un infeliz
entumecimiento. Ignorar los males venideros, y olvidar los males pasados, es
una misericordiosa disposición de la naturaleza, por la cual digerimos la mixtura
de nuestros escasos y malvados días; y, al no recaer nuestros liberados
sentidos en hirientes remembranzas, nuestras penas no se mantienen en
carne viva por el filo de las repeticiones”

De El enterramiento en urnas (1658)
Versiones sin datos

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char