Juan Alfonso de Baena
(Córdoba, España, 1406-1454)
El Cancionero de Juan Alfonso de Baena
Composiciones de los poetas que vivieron y escribieron durante los reinados de Enrique II (1369-1379), Juan I(1379-1390), Enrique III (1390-1406) y las primeras décadas de Juan II (1406-1454)
Prologus Baenensis
“Según que disponen y determinantemente afirman los filósofos y sabios antiguos, natural cosa es amar y desear y codiciar saber los hombres todos los hechos que acaecen en todos los tiempos, tan bien en el tiempo que es ya pasado, como en el tiempo que es presente, como en el otro tiempo que es por venir”.
“tuvieron los sabios y entendidos el saber por gran tesoro y apreciáronlo mucho sobre todas las otras cosas, y tuvieron por luz para alumbrar a sus entendimientos y de todos los otros que lo supiesen, dejándolo todo en memoria y por escritura”, si [los hombres] desean e quieren saber del tiempo que es por venir, non pueden los omnes saber el comienço nin la fin de las cosas que ende avernán, e, por tanto, non saben çiertamente ninguna cosa de aquel tiempo. E si del tiempo que es presente quieren saber algo, maguera que saben los comienços de los fechos que en aquel tiempo se fazen, pero, con todo esso, porque non pueden saber el medio nin la fin quál será, es de tener que non saben los omnes complidamente ninguna cosa de aquel tiempo presente.
Quien troba parlando, non seyendo letrado,
de costelaçiones e de astronomía,
pues yerra en los puntos de su notomía [anatomía, i. e. del cielo]
e finca en sus dichos muy avergonçado,
ca d’esto fablar non yaze en deitado [poema];
por ende, castigo devía ser puesto
al que trobando declama denuesto
de quienquier, de más si tien’ grant estado.
**
Senhor genta,
mi tormenta
voss'amor em guisa tal,
que tormenta
que eu senta
outra non m'é ben nen mal,
mays la vossa m'é mortal!
Leonoreta,
fin roseta,
bela sobre toda fror,
fin roseta,
non me meta
en tal coi[ta] voss'amor!
Das que vejo
non desejo
outra senhor se vós non,
e desejo
tan sobejo
mataria hu leom,
senhor do meu coraçon!
Leonoreta
**
Suelto es tu filo, segunt que paresçe,
ruégote, amigo, que tomes mi seso:
Dios es Fortuna el Él tiene el peso,
Él da a cada uno lo que le meresçe;
ruégal’ que te dé lo que a Él pluguiere,
obra bien segunt la graçia que te diere:
aquesto es cordura e lo ál peresçe
**
Digo en primero a los que trobaron
e d’esta linda arte se dizen maestros,
si discor, deslay en dezir compuestos
con masobre llano en uno fablaron,
e macho e fembra desí acordaron
todos en uno con el dexaprende,
aquesta tal arte ¿qué nombre comprende
e de qué natura ellos la nombraron?
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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