viernes, 20 de enero de 2012

No ve el yerro

KARINA SACERDOTE
(Buenos Aires, Argentina, 1971)



EL ORGULLO

Giro dependiente para la bisagra.
Todas las ventajas del crédulo riñón
atrancan su bagaje-ego.
Con su manto tibio cubre
fríos y calientes.

Él,
superrío doméstico de nadie
se ahoga en una gota rancia,
en su goteo mohoso y hueco
que cree verdad.

No ve el yerro
que alimenta con su boca,
ni ve esa nada traslúcida
que le come el hígado.
***
LA PEREZA

Duerme,
duerme en laureles de olivo,
rotos,
desdeñados de pujos secretos
y se peina
con los dedos de un manco.
***
LA IRA

Prensa los puños,
despedaza ojos y sienes.
A la cruz
refuerza los clavos.
Desgaja la carne,
excreta corona de espinas.
En mundo enajenado
maldice,
blasfema,
calumnia,
lapida.

Aprieta puños,
en la cruz
recibe clavos,
acoge látigo
y se cubre con su propia toga,
toga que vuelve siempre a sus manos.
**
© Karina Sacerdote
Foto: Tomada de http://poemasdekarinasacerdote.blogspot.com

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char