martes, 21 de octubre de 2014

Aquí es donde la uva del descontento se refugia

JILL BATTSON
(Inglaterra, 1958. Ha vivido en los Estados Unidos; actualmente reside en Toronto, Canadá)

Tomada de openbookontario.com
Lunes por la tarde
En una cuchillada de luz solar 
en un lugar hambriento de sol, hambriento de calor 
soy mía 
y todo es resplandor y brillo 
una bocanada de palabras 
peligrosas y clementes 
brisa sobre mí 
el suave viento de la exigencia.

**
Relación pugilística
Negociando entre sí 
con pesados movimientos 
de músculo bombeado silueteado sobre huesos enrarecidos 
firmes, deliberados 
moviéndose en agresión 
en los lustrosos brazos del oponente 
con un suspiro de músculos en clinch 
están seguros en el abrazo mutuo 
conociendo sus grandes pulgadas rivales mediante dura labor y dolor 
frentes en reposo, roce de cabellos sobre la piel 
el salado sudor ardiendo 
cogiéndose el uno al otro, como amantes 
sus brazos echados sobre el cuerpo 
bajando las espaldas o a través de patrones deltoides 
con solícita caricia 
mejilla a mejilla 
lenta danza de lo rítmico 
porque el boxeo de pesos pesados y el amor son tan similares 
jab que toma segundos en la vida del ring 
en conectar el tejido 
latigazo de vuelta al cuello sobre la gruesa arquitectura 
cascadas de cerebro azotando el cráneo 
un roseado de sudor cristalizándose 
y aquí es donde ocurre el daño cerebral 
en las cuerdas rojas del ring 
empujadas hacia atrás por el golpe lento, mortal, esperado 
reconocimiento de un sonámbulo de que nada importa 
más allá de este momento 
cuando se alzan los guantes, golpeando el aire 
en un aturdido arco que nunca conecta 
nunca protege 
y los ojos: divididos, cerrados, cegados 
no ven nada después de este fragmento 
este dolor anticipado 
que vive solo en las calientes luces como lentejuelas, el rugido de la multitud 
el sabor de la sangre en la boca 
la robada electricidad de la derrota.

**
Otra Vez Amor

Y así es como ocurre
con un disco herniado
cuando el cuchillo corta a través de la piel suave
profundamente a través de la gruesa musculatura que lo mantiene a uno erguido
en los escondrijos de la estructura ósea paleozoica de la columna vertebral
para extirpar el problema del tamaño de una uva
así también ocurre con el amor
el cuchillo de la emoción, de la necesidad, del deseo
rebana a través del corazón
el centro de todo sentimiento, el mismo punto donde
el duodeno se encuentra con el estómago
o cualquier otro lugar el cuerpo localiza el sentimiento imaginado
el dolor hormigueante, aunque no es dolor
que el amor hace crudo y real
y aquí es donde la uva del descontento se refugia
en alguna parte en la cavidad central del cuerpo
como una semilla que crece con cada palabra cortante
cada mano no sostenida, cada promesa no cumplida
cada noche solitaria
hasta que se encona en todas sus dimensiones
como un anillo de cartílago
haciendo estragos en los nervios
hasta que el cuerpo ya no puede soportar las repercusiones
la creciente disfunción en meses de dolor
esperanza constante de que mañana las cosas mejorarán
en ambos casos
la única salida es la cirugía.
*
Traducción: Oscar Aguilera F.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char