LILIANA LUKIN
(Buenos Aires, Argentina, 1951)
De El amor del lobo. Poemas del cordero (Fragmento)
¿Qué es la vida? Te lo diré. Cuando nace el hombre, elige uno de los tres caminos vitales, aparte de los cuales no existen otros: si vas a la derecha, los lobos te comerán; si vas a la izquierda, tú mismo comerás a los lobos; si vas recto, te comerás a ti mismo. Peter Esterházi
1-
El amor del lobo por el cordero es
una herramienta que sangra en
la comprensión de lo que no
se comprende del amor ni del lobo,
en lo que queda desgarrado del cordero.
2-
En lo que no se comprende del lobo,
en lo que del cordero hay desconocido,
avanza la conjetura sobre la naturaleza
del amor que el cordero tiene por
el amor del lobo hacia el cordero.
7-
El amor del lobo tiene
tacto: la vista, el gusto y el olfato
son su matriz, pero con
el cordero tiene tacto,
teme su temor de él.
8-
El cordero sabe que es la metáfora
de otra cosa, que el lobo es
la metáfora de otra cosa: comienza
con palabras como amor, y termina
con la muerte de alguna pasión colectiva.
De Ensayo Sobre El Poder. Wolkowicz Editores, 2015
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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