(David Herbert)
(Eastwood, Nottinghamshire, Inglaterra, 1885-Vence, Francia, 1930)
Pobreza
La única gente a la que alguna vez escuché
hablar acerca de Mi Señora Pobreza
Era gente rica, o gente que imaginaba serlo.
El mismo San Francisco era un joven corrupto y rico.
Habiendo nacido entre gente trabajadora
Sé que la pobreza es una dura, vieja bruja,
Un monstruo cuando uno está acuciado por las
necesidades inmediatas.
Y el que diga lo contrario miente.
Yo no quiero ser pobre, estar acuciado.
Pero tampoco quiero ser rico.
Cuando miro ese pino en la proximidad del mar,
Que crece fuera de la roca, emplumado, floreciendo
Hacia el cielo,
Veo que posee una abundancia natural,
La magnífica fuerza de sus raíces absorbe el alimento cotidiano
Y sus plumas parecen verdes vasos llenos de vino
alzados hacia el sol y el aire.
Yo quiero ser así, tener una abundancia natural
Y un gran, espléndido plumaje.
Traducción de Mario Satz
Cortesía de Julián Matthias Descaillaux
No hay comentarios:
Publicar un comentario