Ezra Pound
(Hailey, Idaho, EE.UU., 1885-Venecia, 1972)
¡Ved a la hermosa muerta!
Se acabó el deseo que me azotaba,
se acabaron los estremecimientos
al unir nuestras manos.
Traducción de Jesús Munárriz y Jenaro Talen. Hiperión, 1990.
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CAUSA
Reúno estas palabras para cuatro personas
otros pueden oírlas por casualidad
oh mundo, lo siento por ti
no conoces a estas cuatro personas.
Versión de Javier Calvo
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Bien, es inútil que me améis
de esta forma, Señora;
pues sólo tengo canciones que ofreceros.
Me enfrento abiertamente a los designios del mundo
para decir que la vida, de algún modo, es algo alegre,
pero no enhebras nunca dos días en un alambre
sin que por ello provenga algún dolor.
Traducción de Jesús Munárriz y Jenaro Talen. Hiperión, 1990.
**
Os ruego, amistosos críticos míos,
que no intentéis conseguirme una audiencia.
Convivo con mi libre especie sobre los riscos;
los escondidos nichos
han escuchado el eco de mis talones,
en la fría luz,
en la oscuridad.
Traducción de Jesús Munárriz y Jenaro Talen. Hiperión, 1990.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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