martes, 15 de marzo de 2016

Se lo decía a Italia

Vittorio Sereni

(Luino, Italia, 1913-Milán, id., 1983)

Saba

Gorra pipa bastón, los apagados
objetos de un recuerdo.
Pero los vi animarse cubriendo a un vagabundo
en una Italia de escombros y polvo.
Siempre hablaba de sí pero como él
a nadie he conocido que hablando de sí mismo
al preguntar a otros por sus vidas
tanto diese de la suya
a quien lo escuchaba.
Y un día, un día o dos después del 18 de abril,
lo vi errar de una plaza a otra
de uno a otro café de Milán
seguido por la radio.
“Puerca –vociferando– puerca.” La gente
lo miraba estupefacta.
Se lo decía a Italia. Estrellándose, como a una mujer
que, enterada o no, nos ha herido de muerte.
**
Saba

Berretto pipa bastone, gli spenti
oggetti di un ricordo.
Ma io li vidi animati indosso a uno
ramingo in un'Italia di macerie e di polvere.
Sempre di sè parlava ma come lui nessuno
ho conosciuto che di sè parlando
e ad altri vita chiedendo nel parlare
altrettanto e tanta più ne desse
a chi stava ad ascoltarlo.
E un giorno, un giorno o due dopo il 18 aprile,
lo vidi errare da una piazza all'altra
dall'uno all'altro caffè di Milano
inseguito dalla radio.
"Porca – vociferando – porca." Lo guardava
stupefatta la gente.
Lo diceva all'Italia. Di schianto, come a una donna
che ignara o no a morte ci ha ferito.

Versión: Dolores Labarcena y Pedro Marqués de Armas

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char