(Cambridge, Massachusetts, EE.UU., 1894-North Conway, id., 1962)
DE ARCHIVO
quién sos, pequeño yo...
quién sos, pequeño yo
(de cinco años o seis)
mirando desde una alta
ventana: el oro de
la tarde de noviembre
(pensando: que si el día
tiene que hacerse noche
ésta es una hermosa manera)
Versión de Victoria L. Martí
***
Estás cansada
Estás cansada
(yo creo)
del perpetuo enigma de vivir y sus afanes;
y yo también.
Ven conmigo, pues,
y partiremos muy lejos
(sólo tú y yo, ¿comprendes?).
Tú has jugado
(yo creo)
y has roto tus juguetes más queridos,
y ahora estás algo cansada;
cansada de las cosas que se rompen,
cansada, eso es todo.
Yo también.
Pero vengo con un sueño en mis ojos esta noche,
y llamo con una rosa
a la desolada verja de tu corazón.
¡Ábreme!
Que yo te mostraré lugares que nadie conoce
y, si tú quieres,
las perfectas regiones del Sueño.
¡Ah, ven conmigo!
yo te encenderé esa maravillosa burbuja, la luna,
que perenne flota.
Te cantaré la canción jacinto
de las probables estrellas,
y buscaré en las apacibles estepas del Sueño,
hasta encotrar la Flor Única,
que sustentará (yo creo) tu tierno corazón
mientras la luna se eleva desde el mar.
Versión sin datos
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