lunes, 20 de junio de 2016
En la mesa de más allá
Ezra Pound
(Hailey, Estados Unidos, 1885-Venecia, Italia, 1972)
ZAPATILLAS NEGRAS: BELLOTTI
En la mesa de más allá,
tras haberse quitado las zapatillas de ante,
con los pies enfundados en medias blancas
y cuidadosamente posados sobre una servilleta,
ella conversa:
«Connaissez-vous Ostende?».
La gorjeante dama italiana en la otra punta del restaurante
replica con cierta altivez,
pero yo espero pacientemente
a ver cómo Celestine vuelve a ponerse las zapatillas.
Se las pone con un gemido.
Traducción de Javier Calvo
**
BLACK SLIPPERS: BELLOTTI
At the table beyond us
With her little suede slippers off,
With her white-stocking'd feet
Carefully kept from the floor by a napkin,
She converses:
«Connaissez-vous Ostende?».
The gurgling Italian lady on the other side of the restaurant
Replies with a certain hauteur,
But I await with patience,
To see how Celestine will re-enter her slippers.
She re-enters them with a groan.
De Personae. Los poemas breves. Ezra Pound. Traducción de Jesús Munárriz y Jenaro Talens. Hiperión. Madrid, 2000
Cortesía de Jorge Aulicino.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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