jueves, 19 de enero de 2017

Puedo recordar mucho olvido

HART CRANE 
(Garrettsville, Ohio, EE.UU., 1899-desapareció en aguas del Golfo de México en 1932)



Olvido

El olvido es como una canción
que, liberada del ritmo y el compás, deambula.
El olvido es como un pájaro cuyas alas se resignan,
desplegadas e inmóviles,
un pájaro que planea en el viento incansablemente.

El olvido es lluvia a la noche,
o una casa vieja en el bosque, o un niño.
El olvido es blanco, blanco como un árbol maldito,
y puede aturdir a la sibila en la profecía
o enterrar a los Dioses.

Puedo recordar mucho olvido.

Traducción: Yanina Audisio
**
Un nombre para todo

Mariposa y langosta que huyen de nuestra página
y aún aletean, no empañadas por el nombre
que sujetamos a sus cuerpos para aplacar
nuestra envidia de su libertad -̶ debemos mutilar

porque somos usurpadores afligidos-̶ ,
tomamos el ala y la marcamos sobre la mano.
Nombres que tenemos, incluso, para aplaudir en el viento;
pero debemos morir, como ustedes, para entender.

Soñé que todos los hombres abandonaban sus nombres y cantaban
como solo pueden alabar quienes construyen sus días
con aleta y pezuña, con ala y colmillo endulzado
descubiertos, libres y sagrados, en un solo Nombre siempre.

Traducción: Yanina Audisio
**

Las travesías


I


Sobre los frescos rugidos de la rompiente
los erizos de bandas brillantes se despellejan con la arena. 
Han tramado una conquista de cáscaras de concha,
y sus dedos desmenuzan fragmentos de alga horneada
cavando y esparciendo alegremente.

Y en respuesta a sus agudas interjecciones
el sol da un toque de rayos sobre las olas,
las olas inclinan el trueno sobre la arena;
y si pudieran oírme yo les diría:

Oh, lúcidos niños, jueguen con su perro,
acaricien sus conchas y palos, desteñidos
por el tiempo y los elementos; pero hay una línea
que no debes cruzar ni jamás confiarte más allá de ella,
de los ágiles cordajes de sus cuerpos a caricias
demasiado fieles a los líquenes de un pecho demasiado amplio.
El fondo del mar es cruel.

Traducción: Tomás Browne y Rita Drpic

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char