Víctor Pesce
(San Francisco (Córdoba), Argentina, 1952)
Luna, tanto desnuda
(A lívida agua duermes),
Como desangelada
(Quedo vaho lejano),
Sal seca de la bruma.
Echa luz en círculo
Sobre aquel espinillo.
Cuelga en el limonero.
Ahora al campo vienes
Como quien nada quiere,
Como quien dice nada
En casa sin ventanas.
Felicidad entonces
Retraída, a los aires
Dejas vaya a saber qué
Estilos desdeñados.
(De Hoja de eucalipto. Ediciones en Danza.)
**
Que no te ate
el tumulto
de la pena
ni te desate
la candidez
de la euforia.
Mantente
en bote.
(Inédito)
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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