viernes, 3 de noviembre de 2017

El Elemento de fuego pronto es anulado

Guillermo Boido

(Buenos Aires, Argentina; 1941-id., 2013)

Y la nueva Filosofía lo pone todo en duda,
El Elemento de fuego pronto es anulado;
El Sol se pierde, y la Tierra, y no hay ingenio de· hombre
Que pueda dirigirle hacia donde pueda buscado.
y libremente hqmbres confiesan que este mundo se acaba,
Cuando en los Planetas y el Firmamento
Buscan otros nuevos; luego ven que éste
Se ha deshecho hasta sus Atomos.
Todo está en pedazos, perdida toda coherencia;
Todo abasto y toda relación:
Príncipe, Súbdito, Padre, Hijo, son cosas olvidadas,
Pues cada quien piensa que debe
Ser un Fénix, y que entonces podrá no ser
Nada de aquello que es, pero ¡qué!
An Anatomíe 0f the World,
JOHN DONNE (J611)

Encerraos con un amigo bajo cubierta en la sala más espaciosa de un gran navío y llevad allí algunas moscas, mariposas y similares animales voladores pequeños; también llevad un gran recipiente de agua con unos pececillos en él; aprestad también un vaso alto para dejar caer gotas de agua en otro receptáculo de cuello angosto. Ahora, con el barco en reposo, observad con diligencia cómo aquellos pequeños animales voladores vuelan en todas direcciones; veréis que los peces vagabundean indiferentes hacia. cada parte de! recipiente, y las gotas que caen entrarán en el receptáculo colocado abajo ... Cuando hayáis observado esto, poned al barco en movimiento con la velocidad que gustéis (siempre que el movimiento sea uniforme y no variable); no percibiréis ni e! menor cambio en ninguna de las cosas nombradas, ni podréis determinar si el navío se mueve () se detiene por los hechos correspondientes a vuestra persona ... y si me preguntáis la razón de estos efectos, os diré ahora: "Porque el movimiento general del barco se comunica al aire y a todo lo que está contenido en él, y no es contrario a sus tendencias naturales, sino que indeleblemente se conserva en ellas.
Dialogue on the Two Great World Systems. traducción de Salusbury revisada por G. de Santillana (Chicago: University of Chicago Press, 1953).
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En una devastadora serie de argumentos en favor de la revolución. y rotación de la Tierra, Galileo (en la persona de Sagredo) concluye:
SAGR.: Si en la totalidad de los efectos que en la Natura pueden depender de movimientos semejantes, de allí debieran seguirse en una hipótesis exactamente todas las mismas consecuencias que en la otra. Yo estimaría, a primera inspección, que aquél que considerara más racional hacer que se mueva todo el Universo para impedir que la Tierra se mueva, es menos razonable que, quien encontrándose en lo alto del domo de vuestra Catedral de Florencia, para contemplar la ciudad y los campos que la rodean, desease que todas las cosas giraran para no tener que molestarse en volver la cabeza. Y sin duda las conveniencias que obtendría de esta posición tendrían que ser muchas y grandes para equipararse en espíritu y para superar este absurdo en tal forma que fuese más creíble que el anterior. Pero tal vez Aristóteles, Tolomeo y Simplicio deban encontrar destas
ventajas allí, que harían bien en comunicarnos, si es que las hallo, de otra manera, más valdría que declarasen que no las hay ni las puede haber.

Galileo concluyó el Diálogo con lo que se ha conocido como "el argumento
de Urbano VIII":
Bien:sé que si yo preguntara si Dios en su infinito poder y sabiduría hubiese podido conferir al elemento acuático su observado movimiento de reciprocidad utilizando algunos otros medios ... vosotros dos replicaríais que habría podido, y habría sabido cómo hacer esto de mil maneras que son inimaginables para nuestros;espíritus. De esto yo concluyo que, siendo así, habría sido excesiva audacia de parte de cualquiera en limitar y restringir el poder y la sabiduría divinos a algún capricho particular suyo.
 Dialogue Concerni»g the Two Chief World Syslems, Stillman Drake, trad. (Berkeley: Universíty of California, 1967)

Con este argumento, no decisivo e incongruente en vista del tenor de lo anterior, Galileo pudo afirmar que había obedecido las órdenes del Papa. y sin embargo, no engañó a nadie. La respuesta a la publicación del Diálogo fue inmediata y decisiva. La obra fue prohibida y poco más de un año, des· pués, Galileo se encontraba ante la Inquisición de Roma. Esto significó el fin de su papel como defensor y propagandista. Aunque mantuvo una vasta correspondencia y fue visitado por Hobbes y Milton, se le permitieron pocas visitas y se le prohibió enseñar. No debía publicar nada. Por esta razón, su gran documento científico, las Dos Ciencias Nuevas, está enteramente consagrado a la estática y la dinámica y fue publicado en Holanda. En 1744, la Iglesia autorizó que volviera a publicarse el Diálogo, pero con "correcciones"; había que llegar al año de 1822 antes de que se levantara por completo la prohibición que pesaba sobre sus obras. 

De Guillermo Boido. Noticias del planeta Tierra. Galileo Galilei y la revolución científica. AZ editora. 1998.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char