Jorge Aulicino
(Buenos Aires, Argentina, 1949)
Tomo café
¿Estoy preso de mi dolor
o miro un papel de diario en el balcón?
¿Estoy muerto y miro absorto lo intrascendente?
¿O estoy preso en mi papel y miro mi dolor?
**
La realidad increada
el hombre convierte el caballo en ganso en pez espada
la sombra de su mano
las formas no son infinitas:
la casualidad está sujeta
sólo la cabeza puede naufragar
en una idea llevada hasta el fin
lo cual sería suicidio por alegría:
el hombre convertido por fin en otra cosa
semejante a la nada
y en el aire a pesar de todo
un aire de feliz melancolía
De Estación Finlandia. Poemas reunidos 1974-2011,
Bajo la luna, 2012.
Imagen: Diario El País. Beatriz, Dante Alighieri y Jorge Aulicino, por Ombú.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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