domingo, 17 de noviembre de 2013

Bebe, dulce dama

ÚRSULA KROEBER LE GUIN
Tomada de teifidancer-teifidancer.blogspot.com

(Berkeley, California, EE.UU., 1929)


Los Desposeídos
(fragmento)

Todo cuanto necesitas para ver la totalidad de la vida es verla como mortal. Yo moriré, tú morirás; ¿cómo podríamos amarnos si no fuera así? El sol se apagará, ¿qué otra cosa lo mantiene brillante?
***
Pienso a veces que sólo estoy intentando supersticiosamente evitar el mal por medio de hablar de él. Ciertamente no considero proféticas a mis ficciones. Sin embargo, a lo largo de toda mi vida adulta nos he visto mancillar a nuestro mundo irrevocable, irremediable y despreocupadamente, sin hacer caso de las sucesivas advertencias y descartando cada alternativa benévola en la persecución del “crecimiento” y del beneficio económico inmediato.
[De Entrevista de Nick Gevers, 2001.]
***
En 2002 el periodista Mark B. Wilson le hace una pregunta clave: “Sus héroes realmente suelen pasar por el infierno. ¿Cómo se relaciona para usted el sufrimiento con el desarrollo del personaje?”. Le Guin responde:
Sí, tiendo a castigar a mis personajes centrales algo severamente. Eso es una pregunta enorme realmente, porque no creo que el sufrimiento purifica a un personaje. Generalmente el sufrimiento brutaliza a la gente: sólo lastima a las personas, y a veces las incapacita. Pero una cosa que la mayoría de las fantasías parecen hacer es mostrar a alguien que atraviesa por la adversidad usando inteligencia, valor y resistencia. Muchas historias de fantasía se pueden resumir en “el pequeño individuo triunfa sobre un mundo implacable”. Ese es un argumento muy antiguo, y lo necesitamos. Los niños lo necesitan, porque son pequeños individuos en un mundo que es muy difícil de entender. Y los necesitamos, porque todos enfrentamos una porción tremenda de adversidad y dureza.

Fragmentos de entrevistas tomados de http://danielgonzalezduenas.blogspot.com.ar/
***
Arroyuelo Roca Satinada, Septiembre

Mi piel
toca el viento.

Una libélula toca mi mano.
Hablo realmente lento
para que ella me entienda.

La roca caliente bajo mi mano.
Habla realmente lento
para que yo entienda.
Bebo el agua soleada.
*
Slick Rock Creek, September

My skin
touches the wind.

A lacewing fly touches my hand.
I speak too slow
for her to understand.

Rock's warm under my hand.
It speaks too slow
for me to understand.
I drink sunlit water.
***
TRADUCCIÓN

Cuando envejeces
lo difícil tiene más sentido,
lo suave menos, tal vez.
Puedes leer granito:
Renuncia.
¿Diamantes? Prepárate.

Lenguas muertas.

Puedes leer agua.
¿Ahora qué?
¿Caminar sobre ella?

Bebe, dulce dama.

De Diez poetas norteamericanas.  Traducción y notas: Diana Bellessi. Caracas, Venezuela. Ediciones Angría, 1995.
***
DE ARCHIVO

Llevada por la corriente, arrojada por las olas, inmensamente arrastrada por el entero poder del océano, se mueve la medusa en el abismo del mar. La luz brilla a través de ella, la oscuridad la penetra. Llevada, arrojada, arrastrada de un lugar cualquiera a cualquier otro lugar, porque en el mar profundo no hay más compás que cerca y lejos, alto y bajo, la medusa se eleva y se mueve; el pulso late ligero y rápido dentro de ella como late el vasto pulso del día en el mar llevado de la luna. Elevándose, meciéndose, latiendo, la más vulnerable e insustancial de las criaturas tiene por defensa la violencia y el poder de todo el océano, al que le ha confiado su ser, su movimiento y su voluntad.  
Pero aquí surgen los sólidos continentes. Las masas de piedra y los farallones de roca surgen rudamente del agua y entran en el aire, ese espacio exterior seco y terrible de esplendor e inestabilidad, donde no hay sustento para la vida. Y ahora, las corrientes engañan y las olas traicionan, rompiendo su círculo infinito, para saltar en estrepitosa espuma contra la roca y el aire, rompiendo...
¿Qué hará la criatura formada por el mar en la arena seca de la luz del día? ¿Qué hará la mente, cada mañana, al despertar?

De La Rueda Celeste, Edhasa, 1987.
***
Hier steh' ich

Estoy aquí, los pies firmemente
plantados en nada
y espantando a los mosquitos.
Sobre la canción del
sinsonte declaro que
estoy aquí. Dónde es aquí
sólo Dios lo sabe
sin embargo
sigo estando aquí.
**
Hier steh' ich

I stand here, feet planted
firmly in nothing
and brushing away the gnats,
state, over the mocking-
bird's song, I
stand here. Where here is
God knows
still
I keep standing.
***
Invocación

Devuélveme mi lengua,
déjame hablar la lengua que me enseñaste.
Diré las grandes mentiras en tu honor,
alabándote sin nombrarte,
obedeciendo las leyes de la oscuridad y de la métrica.
¡Sólo déjame hablar mi lengua
en tu alabanza, silencio de los valles,
ribera norte de los ríos,
tercera cara esquiva,
vacío!
Déjame hablar la lengua materna
y cantaré tan fuerte que
las recién casadas y las viejas
bailarán al ritmo de mi canto
y las ovejas cesarán de pastar y las
máquinas se reunirán para oír
en ciudades silentes
como un anillo de piedras erguidas:
¡Oh, déjame tumbar las paredes cantando, Madre!)
**
Invocation

Give me back my language,
let me speak the tongue you taught me.
I will lie the great lies in your honor,
praise you without naming you,
obey the laws of darkness and of metrics.
Only let me speak my language
in your praise, silence of the valleys,
north side of the rivers,
third face averted,
emptiness!
Let me speak the mother tongue
and I will sing so loudly
newlyweds and old women
will dance to my singing
and sheep will cease from cropping and machines
will gather round to listen
in cities fallen silent
as a ring of standing stones:
O let me sing the walls down, Mother!

De Diez poetas norteamericanas. Traducción y notas: Diana Bellessi. Caracas, Venezuela. Ediciones Angría, 1995.

No hay comentarios:

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char