Lorena Curruhinca
(Viedma, Provincia de Río Negro, Argentina. Reside en Bahía Blanca y Carmen de Patagones)
De lo que veo en las películas
I
En Sleepy Hollow, Christina Ricci
hace un círculo con tiza rosa
para salvar a su padre y a
Johnny Depp del jinete.
Repasa varias veces
la forma;
como si la insistencia
fuera secreto de la protección.
**
En el video Close to you
Karen Carpenter está sentada
sobre una U gigante
las piernas flotando y
moviendo la cabeza.
Todos sus gestos son delicados;
a veces quisiera tener
esa imagen de mí:
una escena fácil de recrear
una voz tierna que dice cosas
como revelación ganada.
**
Sin título
I
No hay en el río ese plegamiento,
flexión del mar.
El arqueamiento es horizontal.
El vaivén es más sutil;
la mirada es la que necesita curvarse.
Hay que tirar piedras para hacer sapito:
perturbar la superficie.
Observo desde la orilla y puedo ver el otro lado,
sin la presión de la mística marítima.
Para nadar en aguas dulces se necesita del propio impulso.
II
Cada tanto, en el Río Negro aparecen toninas –especie delfín–.
Escribo forzando el lenguaje, sobre superficie acuática:
remover en las palabras para que el poema
mantenga la propagación de la onda.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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