SANDRA ISABEL RAGUSA
(Punta Alta, provincia de Buenos Aires, Argentina; se crió en Mar del Plata. Actualmente reside en San Carlos de Bariloche, Río Negro, Argentina)
Gris
en vano clama
la tristeza
por su leche tibia
esta espera
es arena
entre los dientes
y en un velero
de papel
mi alma
masculla su endeblez
se lamenta de mí
**
Tres preguntas
(Fragmento)
¿en dónde
sobre qué cosa
hay que
poner
este amor
de madre
nuevo
mío?
¿qué
pasará
si se pudre
como
el sueño
aquél?
¿por qué
no realizar
el transparente
impulso
de ponerlo
sobre mí?
*
Madre
recíbeme
he estado pedida
enamorada del mar
y la razón
atravesé
el Caos
ciega
sola
aún pudiendo
parir
como hija tuya
yo misma
busqué a Eros
me nutrió
entonces
ya es hora
Madre
de pedir
tu amor
la plenitud
de abrirme
a tu abundancia
redonda
terrena
**
Herencia
yo sé
que uno puede
morirse
de no querer
vivir más
si respiro hondo
esa idea
se extiende
sobre mí
como una frazada
mi padre
me la legó
para que la arrastrara
yo la uso
para abrigarme
con ella
De Devuelta del rito, Ediciones de La Eterna, 2013.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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