Tomada de |
EL EMIGRADO
Un poeta que hablaba mi lengua
y no la de ustedes
pero a quien traiciono hablando como ustedes
para que ahora lo entiendan
decía:
“Mis ojos hace tiempo se niegan a ver claro,
desde el último mes, mis oídos son sordos,
la juventud perdida, ¿adónde iré a buscarla?
Sin embargo, yo, siendo joven,
tuve ojos que vieron sin entender
y oídos que fueron sordos a las voces de los hombres.
Mi juventud pasó entre gente extranjera
y la vejez no me traerá el consuelo de oír mi propia voz.
¿Cuál será para mí la edad de la razón,
quién me mirará alguna vez como a un hombre?
Espero la muerte
como quien llega al fin de una jornada sólo fatigosa.
¿Es mi corazón el único que palpita en esta tierra extraña?
(10-5-1979)
(en “Grupo Onofrio de Poesía Descarnada”, con Javier Cófreces y Jonio González, Ediciones en Danza)
Cortesía de Jonio González
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