Allen Ginsberg
(Newark, New Jersey, EE.UU., 1926-Nueva York, id., 1997)
CANCIÓN
El peso del mundo
es el amor.
Debajo de la carga
de la soledad,
debajo de la carga
de la insatisfacción
el peso,
el peso que llevamos
es el amor.
¿Quién lo puede negar?
En sueños
toca
el cuerpo,
en los pensamientos
construye
un milagro,
en la imaginación
se angustia
hasta nacer
humano-
mira desde el corazón
ardiendo de pureza-
porque el peso del mundo
es el amor,
pero llevamos la carga
con agotamiento,
y así es que debemos descansar
en los brazos del amor
al fin,
debemos descansar en los brazos
del amor.
No hay descanso
sin amor,
no hay sueño
sin sueños
de amor-
estés loco o tiritando
obsesionado con ángeles
o máquinas,
el último deseo
es amor
-no puede ser amargo,
no puede negarse,
no lo podemos retener
si se niega:
su carga es demasiado pesada
-debe dar
sin recibir
como el pensamiento
se da
en soledad
con toda la excelencia
de su exceso.
Los cuerpos cálidos
brillan juntos
en la oscuridad,
la mano se mueve
al centro
de la carne,
la piel tiembla
de felicidad
y el alma viene
alegre al ojo-
sí, sí,
eso es
lo que quería,
lo que siempre quise,
lo que siempre quise,
regresar
al cuerpo
en donde nací.
San José, 1954
Versión de Tom Maver
**
SONG
The weight of the world
is love.
Under the burden
of solitude,
under the burden
of dissatisfaction
the weight,
the weight we carry
is love.
Who can deny?
In dreams
it touches
the body,
in thought
constructs
a miracle,
in imagination
anguishes
till born
in human—
looks out of the heart
burning with purity--
for the burden of life
is love,
but we carry the weight
wearily,
and so must rest
in the arms of love
at last,
must rest in the arms
of love.
No rest
without love,
no sleep
without dreams
of love--
be mad or chill
obsessed with angels
or machines,
the final wish
is love
--cannot be bitter,
cannot deny,
cannot withhold
if denied:
the weight is too heavy
--must give
for no return
as thought
is given
in solitude
in all the excellence
of its excess.
The warm bodies
shine together
in the darkness,
the hand moves
to the center
of the flesh,
the skin trembles
in happiness
and the soul comes
joyful to the eye--
yes, yes,
that's what
I wanted,
I always wanted,
I always wanted,
to return
to the body
where I was born.
San Jose, 1954
de Selected poems 1947-1995, Harper Perennial, New York, 1996.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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